Estáis en vuestro hogar, vuestro hogar de paz y tranquilidad donde tenéis la posibilidad de recibir los mensajes, las enseñanzas desde nuestro plano y aprender a ayudar a encarnados y desencarnados.
Hasta que los integrantes no sientan esto en sus corazones, el centro no se consolida en el plano espiritual.
Amad este, vuestro hogar y luchar por el.
El espírita es aquel espíritu, encarnado o no, que acude a este paraíso de luz y amor, pero no sólo acude para aprender, sino para enseñar y trabajar. Muchos espíritas así lo entienden y practican. Fijaos en la historia del Espiritismo en vuestro país y hallaréis grandes espíritas verdaderos.
Objetivos:
1. Un espírita se auto-analiza y esfuerza por corregir sus errores.
2. Un espírita disculpa a su prójimo.
3. Un espírita ama al prójimo como a sí mismo y a Dios sobre todas las cosas.
4. Un espírita recibe mucho con estas enseñanzas y a su vez trabaja por difundirlas sin ponerle velos. “No pongáis la candela bajo el celemín”, luchad por lo que creéis y no le pongáis travas a la verdad disfrazándola con palabras que la desvirtúan.
5. Un espírita es responsable, estudioso, constante, la pereza no cabe en él.
6. Un espírita es generoso, confía en que la providencia le dará lo necesario y justo a sus merecimientos.
7. Un espírita trabaja para la verdad y está al servicio de Dios.
Amigos, nos gustaría que este resumen os sirva como guía para alcanzarlo un día. En el plano en el que estáis el orgullo y el egoísmo predominan, muchas veces cegándoos frente a vuestros deberes.
Un día, cuando la luz del Espiritismo brille en vuestros corazones, hallaréis la felicidad indescriptible del que cumple con su deber.
Estudiad, quereos, trabajad mucho a fin de que cuando llegue el señor encuentre la tarea concluída.
La pereza es un gran enemigo del bien.
Amaos.
Un espíritu protector
Centro Espírita "Entre el Cielo y la Tierra"
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