Pero a veces fácilmente nos olvidamos de que están deseosos de ayudarnos en decisiones morales y materiales, que nos sean útiles para nuestro progreso y caemos en la desesperación.
Dios como un buen padre que es, nos da los medios y las ayudas que necesitamos para sobrellevar la desesperación en que caemos por las luchas de nuestras vidas. Nuestro ángel protector nos inspira para el bien pero no siempre escuchamos, ese consejo que si siguiéramos nos evitaría muchos sufrimientos. Pero nos obstinamos, y caemos una y otra vez en los mismos errores del pasado. Pero no por eso nos dejan abandonados a nuestra suerte, sino que están deseando hacerse oír en nuestra conciencia, para que en nuestras reflexiones nos inclinemos al bien y no al mal.
Los espiritistas sabemos que los ángeles guardianes tienen la misión de guiarnos para conseguir llevar a cavo los buenos propósitos que planteamos en el mundo espiritual para nuestro crecimiento. Por lo tanto no podremos decir si fallamos en esos propósitos que hemos estado solos en la lucha material.
Hay quien se pregunta, ¿Por qué los ángeles guardianes no se dejan ver para así poder seguir sus consejos? Para que el mérito sea nuestro cuando seguimos sus consejos y con ello hacemos el bien.
Nos es consolador saber que cuando elevamos nuestro pensamiento somos oídos por nuestro protector que nos asiste y nos da la conformidad en nuestras penas más íntimas, en nuestros errores que atormentan nuestra conciencia y siempre nos anima, sin juzgarnos ni reprocharnos nada.
Pero la ingratitud, se manifiesta y nos hace sordos a sus pensamientos de bondad y caridad, sucumbiendo en ocasiones y siguiendo sugestiones de espíritus inferiores que nos incitan a el orgullo y a el egoísmo, que tiene más afinidad con nuestras tendencias. Pero aún así siguen ayudándonos a caminar por la lucha de la vida material.
Centro Espirita Camino de Luz: José
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