viernes, 2 de marzo de 2018

El retorno a la Tierra

El retorno a la Tierra



Existen ciudades espirituales que rodean nuestra corteza terrestre. En esas ciudades equipos especializados, mirando hacia el mundo físico, estudian intensamente y trabajan, buscando propiciar la situación más adecuada a las necesidades evolutivas de los hermanos que necesitan volver a la Tierra.

Bajo la supervisión de centenares de técnicos especializados en cuestiones de embriología y biología en general, se estudian soluciones para todos aquellos que se les brinda una nueva oportunidad de seguir avanzando y evolucionando. Para ello, será necesario un estudio exhaustivo de sus vidas pasadas e incluso, más importante si cabe, conocer cómo fue su muerte y  las dificultades que tuvo después de desencarnar.

En los Ministerios de Reencarnación, los pabellones dedicados a la preparación del Espíritu dispuesto a regresar a la corteza terrestre, están siempre en actividad continua, pues la reencarnación como sabemos es una muestra más de Amor que Dios no ofrece para seguir avanzando, siendo además obligatoria. Pues bien sabemos de las palabras de nuestro Maestro Jesús cuando nos dice:
“Nadie puede ver el Reino de los Cielos sino naciera de nuevo”

Son muchos los pabellones existentes, cómo también son muchos los espíritus errantes en el camino, que deberán pasar por los procesos especializados.

Cada uno de estos pabellones, dispone de departamentos y equipos, que nos dará paso a todas las pruebas que se deben superar hasta lograr la conexión, con un nuevo entorno familiar, nuevos lazos que nos unirán de inmediato a un nuevo destino, nuevos retos, nuevas pruebas, nuevas expiaciones y un sinfín de obstáculos y adversidades que nos harán, indudablemente, evolucionar.

Así es cómo nos lo explican en la pregunta nº 132 de “El Libro de los Espíritus” de Allan Kardec:
¿Cuál es el objetivo de la encarnación de los Espíritus?

“Dios se la impone con el objetivo de hacerlos llegar a la perfección: para algunos es una expiación; para otros una misión. No obstante, para alcanzar esa perfección deben sufrir todas las vicisitudes de la existencia corporal: en eso consiste la expiación. La encarnación tiene también otro objetivo, que es poner al Espíritu en condiciones de soportar la parte que le toca en obra de la creación. Para cumplirla, el Espíritu toma en cada mundo, un instrumento en armonía con la materia esencial de dicho mundo, a fin de ejecutar allí, desde ese punto de vista, las órdenes de Dios. De ese modo, al participar en la obra en general también adelanta.”

En estos pabellones, se nos mostrará nuestro estado evolutivo y para ello, si fuese necesario, veremos capítulos de nuestras vidas pasadas. Será donde se nos explicará cada punto importante a tener muy en cuenta, para resolver nuestros errores del pasado. Para los efectos del perfeccionamiento de nosotros mismos en obediencia al Amor.

También en este pabellón existen departamentos dónde cuerpos, miembros, órganos, fibras y células son allí esbozados y estudiados, antes de que se definan a los principios de la nueva materialización terrestre. Es importante tener en cuenta todo lo mencionado, porque en esos casos en que el alma oscila entre méritos y faltas de méritos, la reencarnación permanece bajo los auspicios de autoridades y servidores de la justicia espiritual que administra recursos a cada aprendiz de la sublimación, de acuerdo con las obras edificantes que consten en el currículo de su existencia.

Por ello será la explicación perfecta la que allí se escucha, frente a una vuelta inminente en la Tierra o en otros mundos semejantes a ella.

Existen espíritus que necesitan renacer con severas limitaciones físicas, fruto de alteraciones expresivas en su constitución periespiritual y se atemorizan ante una perspectiva que cuesta aceptar. A pesar de todo el trabajo de los mentores espirituales esclareciendo que la exteriorización deformante a nivel del cuerpo físico facilita la eliminación de las anomalías a nivel periespiritual, desde que se acompañe de una postura mental saludable, los recelos y las reacciones muchas veces ocurren.

Cuando el espíritu comprende la grandeza de la vida terrestre, la rectitud de la justicia, su cuadro mental se modifica, con las mejores intenciones orientadas hacia el bien supremo. Es cuanto acepta la necesidad de reencarnar, acepta participar en los reajustes de sus vidas pasadas, que se componen principalmente de:

-MOTIVOS DE NUESTRA ÚLTIMA MUERTE
-IDENTIFICACIÓN COMPLETA DEL ESPÍRITU
-ANALISIS DE LAZOS FAMILIARES
-PROYECCION INDIVIDUAL
-SERVICIO DE DESOBSESIÓN
-TERAPIAS DE REGRESION DE MEMORIAS
-LIBRE ALBEDRÍO
-LEY CAUSA Y EFECTO

Como si fuese un film en alta velocidad, el espíritu al desencarnar, recuerda lo básico de toda la vida en algunos minutos, como si se fuese desgravando el cerebro en los archivos energéticos del cuerpo espiritual. En realidad, una copia del film de la vida es registrada. Y todo lo histórico de las vidas anteriores del Espíritu pasa a ser registrado y recordado en el nuevo cuerpo que se forma. Siempre llevamos todos nuestros códigos en los millones de vidas que arrastramos. Son registros con todos nuestros pensamientos y actos, son registros con nuestras pruebas superadas y nuestras aflicciones, con nuestros miedos e inquietudes a la vez que con nuestros grandes momentos alcanzados.
Genéricamente, todo los espíritus, cuando comprenden dicha programación planificada para ellos, son partícipes de la importancia que tiene la familia material elegida para ellos, pues esa va a ser la parte fundamental de su desarrollo moral e intelectual en la próxima vida. Y a partir de entonces, queda trazado un extenso recorrido extremadamente importante y programado para el ser humano.
Hemos de destacar que existen otros tipos de reencarnación y no en todas, somos invitados a diseñar nuestro próximo destino. Son muchas, las rencarnaciones donde no se le da oportunidad al espíritu de elección a sus designios. Son llamadas rencarnaciones compulsorias. Suelen ser frecuentes en espíritus inferiores, sin olvidar que es el mayor porcentaje de reencarnaciones en nuestra Tierra.
Son magnetizados sin saber que les está pasando. Una especie de anestesia que le deja los sentidos adormilados, los equipos especializados pasan a dar asistencia y promover la progresiva ligación fluídica del mismo con los fluidos periespirituales de la madre.

A medida que sus vibraciones se vuelven más lentas por el desgaste y las dificultades que tiene en reponer las energías, se va procesando una neutralización energética con una reducción progresiva de las actividades del espíritu. Cuando este proceso se instala determina un sopor o somnolencia de la entidad impeliéndola a la Reencarnación.

Por último, mencionar las rencarnaciones especiales. Son aquellas dónde el espíritu viene en misión a la Tierra o destinado a otros mundos dependiendo el gran trabajo que viene a ejercer. Suelen ser espíritus más evolucionados a nosotros y con menos apego material. Son los menos.
Aclarando estos tres tipos de reencarnaciones, la compulsoria, reencarnación con participación y por último la de venir en misión, decir que el velo del olvido lo llevamos todos, por consiguiente, dependiendo del uso que hagamos de nuestro libre albedrío, dará los resultados sobre si completamos o no la programación estructurada para cada uno de los casos que se nos han designado.
La paternidad y la maternidad, son siempre consecuencias de vínculos pasados. Nuestras deudas se hacen muchas veces, dentro del núcleo familiar y volvemos para corregir las distorsiones antiguas, en el mismo medio.

Durante el sueño, habitualmente sucede el desdoblamiento o proyección astral de los encarnados. Nuestros equipos especializados en reencarnación, acceden a través del desprendimiento a reunirse con los futuros padres. Se les muestra el compromiso, cooperación y reconciliación si fuese necesario para el espíritu elegido que será su futuro hijo.

Una vez habiendo sido escogido los padres, por el criterio considerado más adecuado a la situación evolutiva del espíritu y el merecimiento de los progenitores, se inicia una laboriosa asistencia espiritual a las personas implicadas en la programación de esta reencarnación, como pueden ser padre, madre e hijo.

El triángulo constituido por padre, madre o hijo, siempre resulta de una continuidad necesaria para todos, dónde también hermanos y parientes próximos, son normalmente, ligaciones de encarnaciones anteriores.

Se puede dar el caso que futuros progenitores estén bajo la programación inmediata de nuestros equipos espirituales y que ellos no sientan la necesidad de ser padres.
Cuando la resistencia en los padres asistidos es muy fuerte en el sentido de acatar las ideas que les son sugeridas, la espiritualidad pasa a buscar soluciones. Son enviadas sugestiones mentales a parientes, vecinos o profesionales que podrán influir constructivamente en el proceso de la aceptación o amparo al espíritu que viene a reencarnar.

Una vez logrado y establecido el orden necesario entre armonía o desarmonía, con relación a esos vínculos, podremos clasificarlos en vínculos de afecto y de desafecto. Muchas veces, las dificultades vividas por dos personas, generó entre ellas un odio mutuo u otra ligación fuertemente estrechada por las energías deletéreas de sentimientos inferiores. Son los vínculos creados por el desafecto del pasado.

Una vez establecido el cambio recíproco de las vibraciones, se crea un hilo magnético que prenderá mutuamente a los dos individuos. No solo el amor, más también el odio une a las personas. La reencarnación se vuelve realmente eficaz en su función educadora, creándose condiciones para que haya un vínculo de amor entre ambos.

Los renacientes bajo el mismo techo, en el templo del hogar, por el instituto divino de la reencarnación, anestesiados por la sabia ley del olvido del pasado,  aprenderán a amarse y perdonarse.

Debemos reflexionar sobre lo siguiente: -Aquel bebé rosado, (o de color chocolate según el caso) que ahora el padre, la madre abrazan y acarician emocionados, muchas veces es una víctima suya del pasado, que ahora recibirá la atención y los cuidados que le eran justamente debidos. Padre y Madre pueden enternecerse ante la figura dulce, suave del bebé, la ley de la reencarnación, propició condiciones para que en este instante víctimas y verdugos se abracen, lloren de emoción y pasen a desarrollar una nueva experiencia; la experiencia del Amor.

Así es como Dios nos da la posibilidad de enmendar todos los errores que hemos cometido. Su ley de amor, de causa y efecto, de acción y reacción son las que promueven la pluralidad de mundos existentes en el universo, sin olvidar la ley de la caridad que nos ofrece en cada instante de nuestra existencia. Siempre conectados con el mundo espiritual, siempre guiados por nuestros guías espirituales, y siempre arropados, cuidados y mimados sin duda con las leyes inamovibles de Dios.

Susana Herrero
Centro Espírita "Entre el Cielo y la Tierra"

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