Dios existe
Ante las dudas que todos los que se llaman a sí mismos “ateos” tienen acerca de la existencia de Dios, podemos aportar muchos argumentos a favor del “si”, aunque solo aquel que quiera creer lo hará y no es nuestra misión intentar convencer a los que no lo desean.
En primer lugar hemos de aclarar un concepto sobre la naturaleza divina.
No hemos de preguntarnos ¿Quién es Dios? ¿por qué no es un ser físico, con un cuerpo material semejante al nuestro? sino ¿Qué es Dios?.
Y a la luz de las enseñanzas que los espíritus nos transmiten hemos de afirmar que Dios es “La inteligencia suprema, causa primera de todas las cosas”
Esta causa eficiente primera, que no es causada por ninguna otra, a la que están subordinadas todas las demás, es nuestro padre celestial al que denominamos de diferentes formas según nuestras creencias o culturas pero que identificamos con un ser Supremo.
A este ser necesario, que no tiene la existencia recibida de otro, sino que existe por sí mismo, en virtud de su propia naturaleza, es al que todos llamamos Dios.
El hombre puede llegar al conocimiento de Dios de muchas maneras. Todas ellas responden tanto a la capacidad natural de la inteligencia humana de conocer su existencia, como a la Revelación divina que nos ofrece de Él un conocimiento sobrenatural.
“Este Ser –dice Newton- es eterno e infinito, existe desde la eternidad y durará por toda la eternidad”.
Una prueba más de que Dios existe la veo yo en la realidad espiritual del hombre.
El espíritu humano debe remontarnos a otra inteligencia superior que sea divina.
¿De dónde hubiera sacado el hombre el entendimiento de que está dotado? -dice Sócrates.
Sabemos que nuestro vehículo carnal procede de nuestros padres biológicos pero, ¿de dónde hemos tomado la razón, el espíritu, el juicio, el pensamiento, la prudencia y todo cuanto en nosotros es superior a la materia?
La vida espiritual que manda sobre nuestro cuerpo material nos dice a gritos que hay Dios. Porque esa vida espiritual procede de Él.
Tú podrás negar a Dios todo lo fuerte que quieras, pero al pensar en Él, al pronunciar su nombre, le estás reconociendo sin darte cuenta.
Si quieres otra prueba de que Dios existe fíjate en la armonía del Universo.
Hay movimiento, pero es un movimiento regular, uniforme, inteligente.
Hay belleza en el cielo azul, en la puesta del sol dorada, en las praderas verdes, en la aurora rosada, en la mar hermosa y brava.
En este mundo en el cual tú y yo vivimos hay objetos y seres desprovistos de inteligencia, pero tienden, a la realización de un fin concreto.
¿Te has preguntado alguna vez quién controla la dirección del viento, quién orienta las olas del mar, quién sostiene las bridas que guían sabiamente a la naturaleza? ¿Quién, podría hacerlo sino Dios?
La complejidad de nuestro planeta apunta a un Diseñador quien deliberadamente no sólo creó nuestro Universo sino que lo sustenta hasta hoy en día.
¿Por qué las leyes de la naturaleza nunca cambian? ¿Tenéis una respuesta que no apunte hacia un Ser Supremo que lo controla todo? Porque yo desde luego no.
Después de todo esto, ¿todavía nos preguntamos si Dios existe? A mí no me queda ninguna duda de que sí.
Mirando todos estos hechos, uno puede concluir que un amoroso Dios existe y puede ser conocido en una manera personal e íntima. ¿Estás tú dispuesto a descubrirlo?
Espero que así sea, porque esa necesidad de conocerlo y de amarlo que todos llevamos en lo más profundo de nuestro ser, es lo que le da sentido a nuestra vida.
Cielo Gallego
Centro Espírita "Entre el Cielo y la Tierra"
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