miércoles, 29 de junio de 2016

Mensajes mediúmnicos en la práctica médica - Experiencia práctica del hospital psiquiátrico espírita "André Luiz", en Belo Horizonte, MG, Brasil.


Mensajes mediúmnicos en la práctica médica  - Experiencia práctica del hospital psiquiátrico espírita "André Luiz", en Belo Horizonte, MG, Brasil.

“¿Los espíritus influyen sobre nuestros pensamientos y nuestras acciones?”
“A ese respeto su influencia es mayor del que creéis porque, frecuentemente, *son ellos quien os dirigen"
(Kardec, Allan – El libro de los Espíritus – p. 459) 

La práctica de atención integral del Hospital Espírita André Luiz, contempla el tratamiento del individuo en el nivel bio-psico-socio-espiritual. La terapéutica complementaria espírita, compuesta por el pase humano-espiritual, evangelio-terapia y actividad desobsesiva es ofrecida a todos los pacientes que ingresan en la unidad, sin embargo aplicada solamente a aquellos que la aceptan y firman los términos de compromiso autorizando la intervención.

Cuando es autorizado, el tratamiento es dispensado regularmente durante el periodo de internación por medio de voluntarios dados de alta en el Departamento de Asistencia Espiritual de la institución, que ya suman 350 personas. De entre las modalidades de asistencia, se incluye la actividad de captación espiritual. Se trata de reuniones semanales con médiums provenientes de casas espíritas de la capital minera, en régimen de voluntariado, que se dedican a la investigación y diagnosis de las cuestiones que están en la base o en el origen de la patología psiquiátrica del paciente atendido, a través de elucidaciones, recibidas mediúmnicamente, que auxilien el tratamiento médico y propicien el direcionamento en las aplicaciones magnéticas y mentalizaciones direccionadas al paciente durante el trabajo del pase.

Hay una sala reservada exclusivamente para reuniones mediúmnicas, con ambientación espiritual adecuada y preservada. En el horario citado, el paciente es traído a la reunión y, mientras se le aplica el pase humano-espiritual, los médiums, que ya habían hecho el trabajo natural de concentración y preparación para la tarea por medio del pensamiento y sentimiento elevado, con la oración y la voluntad de servir al prójimo en sufrimiento, se colocan a disposición de los orientadores espirituales, conforme su sensibilidad específica. La gran mayoría trae informaciones de la situación espiritual o del pasado del enfermo, por medio de la psicografía o de la inspiración de los coordinadores espirituales de la tarea y algunos, dotados de sensibilidad para ello, sintonizando con la mente del paciente regresan a su pasado espiritual, presenciando los hechos en archivo y narrándolos posteriormente. Los médiums no tienen contacto directo con el paciente, no lo conocen previamente y algunos no tiene ni siquiera contacto visual, puesto que se sientan de espaldas al mismo, en la mesa mediúmnica o mantienen los ojos cerrados en actitud de concentración y sintonía del pensamiento con el equipo espiritual que dirige los trabajos.

Los pacientes son traídos y acompañados a la reunión durante el tiempo necesario de la internación. Cuando reciben el alta, son sustituidos por nuevos pacientes. No todos los pacientes reciben ese tipo de tratamiento.

Al final de la atención de todos los pacientes, los médiums leen las anotaciones o psicografías y son anotadas las informaciones útiles, las descripciones del estado del cuerpo espiritual del enfermo, sus posibles relaciones obsesivas y kármicas, el estado energético que lo envuelve en detalle, conteniendo calidad y naturaleza del fluido, efecto físico, emocional y origen. Es hecho entonces una compilación de esa información, que da origen al tipo de pase específico que el paciente recibirá en adelante, incluido ahí la calidad de la onda mental que el pasista y el equipo irán a emitir consciente e intencionalmente durante la aplicación magnética, buscando la solución de los dramas que se presenten, con alivio de la sintomatología física, psíquica y espiritual.

Toda esa información queda disponible en el prontuario, para que los médicos y demás profesionales que atienden al paciente, tales como psicólogo, enfermeros, terapeuta ocupacional, etc., puedan tener acceso. El uso de esas informaciones, representando una verdadera anamnesis espiritual, debe ser siempre confidencial, como toda información obtenida en atención médica o psicológica, según los códigos de ética profesional, y no son entregadas de forma directa ni al paciente ni a la familia. El objetivo es que esas informaciones puedan auxiliar al profesional de las siguientes maneras:

1) Diferenciación entre disturbios psiquiátricos y síndromes mediúmnicos

Las informaciones mediúmnicas auxilian a esclarecer las dudas en cuanto a la posibilidad de la presencia de disturbios de tipo mediúmnico o distonías mediúmnicas simulando trastornos psiquiátricos o agravándolos, cuando se presentan.
Afirma el médico Vítor Ronaldo Costa:

“A medida que un mayor número de profesionales de la salud se familiarice con las cuestiones mediúmnicas, menor serán los desaciertos cometidos con los pseudo-pacientes (médiums perturbados), que peregrinan por los ambientes ambulatoriales y hospitalarios en búsqueda del verdadero lenitivo proporcionado por la asistencia espiritual adecuada. Mediumnidad no es asunto relacionado con patología mental, desde que es debidamente diagnosticada y conducida con la sabiduría necesaria dentro del contexto espírita” (fuente: http://www.ieja.org/portugues/ estudos/artigos/p_mediunidadeemedicina.htm)

También, Divaldo P. Franco, en el libro “Divaldo, Mais que uma voz, uma canção de amor à vida! - Miguel de Jesus Sardano.” Comenta lo siguiente:

“De inicio, por ser una facultad que coloca el hombre entre dos extremos, él puede propiciar determinados estados, confundidos con patologías, con enfermedades. Si ella se manifiesta en el área intelectual, puede presentar en el individuo determinados estados de aparente alucinación auditiva, visual, ansiedad, recelo, fenómenos claustrofóbicos, miedos injustificables de la noche y de la relación con las personas. Porque, propiciando al individuo una percepción que extrapola el fenómeno normal, le da una mayor dimensión que registrar que el tipo común. Y, no estando la persona preparada para conducir esas manifestaciones, es natural que experimente ciertas insatisfacciones, intranquilidades o sensación de malestar”

La derivación de pacientes con trastornos psiquiátricos hacia la actividad mediúmnica es indebida e indeseable, puesto que puede agravarles la patología y confundir al grupo mediúmnico. Entonces, esa diferenciación precisa estar bien establecida, con bases seguras. A partir de esa constatación y confirmación, por vía mediúmnica, el médico podrá orientar adecuadamente al paciente en el uso y direccionamiento de sus facultades anímicas y mediúmnicas a beneficio de la colectividad y de sí mismo, lo que le reequilibrará física y psíquicamente.

2) Comprensión del origen del trastorno psiquiátrico y sus raíces profundas

El paradigma de la reencarnación y de la inmortalidad del alma nos orientan a comprender los fenómenos psicofísicos del presente como consecuencia natural del pasado de equívocos morales, donde frecuentemente el ser hirió a sí mismo por medio de la violencia al semejante, lesionando los órganos de la cuerpo espiritual con la consecuencia de sus elecciones y el propio psiquismo que probablemente se encuentra hundido en la culpa y la auto-punición intensa. Esa realidad repercute hoy en su organismo físico, predisponiéndolo a la manifestación de la genética seleccionada naturalmente por la vibración del espíritu al reencarnar, que determinará patologías físicas y psíquicas diversas.

Las informaciones mediúmnicas clarifican ese origen y posibilitan al médico y demás profesionales la comprensión de los núcleos emocionales básicos, facilitando el tratamiento del paciente en el movimiento autocurativo.

3) Atención emocional del paciente y familia, envolviendo el contexto presentado

Las informaciones presentadas sobre el pasado espiritual del enfermo y sus circunstancias permiten una mejor definición de metas psicoterapéuticas en el trabajo con el paciente, estimulándolo en el camino del auto-perdón y de la superación de sí mismo, mitigando los efectos de los núcleos potenciadores de la enfermedad del psiquismo que estén en actuación constante. Si, por ejemplo, en la reunión mediúmnica surge el contexto de culpa intensa del espíritu por la realización de crímenes sucesivos en el pasado, abortos criminales, traiciones u otra falta moral cualquiera, el médico y demás profesionales pueden dirigir la atención de la familia y del paciente para las actitudes íntimas y exteriores que mitiguen el drama interno y reparen el mal causado. Ese direccionamiento puede darse por medio de conversaciones terapéuticas, películas, libros, actividades recreativas y educacionales, actividades ocupacionales, visualizaciones creativas, hipnosis y otras técnicas que alteren el registro interno, inconsciente, del paciente por medio de la potencialización del sentido opuesto y curativo.

4) Incentivo a la educación del pensamiento

El profesional de salud, en la intervención por la palabra y el gesto, debe actuar como un educador que auxilia el enfermo a promover el desligamiento mental de las fuentes de perturbación, estén ellas en el interior o en el exterior. La educación de las matrices mentales es de suma importancia, pues la mente gobierna el funcionamiento de la fisiología orgánica, dándole sentido, impulso y direccionamiento hacia la armonía o desarmonía, salud o enfermedad, conforme esté más o menos sintonizado con la fuente del eterno bien. Por las informaciones mediúmnicas se puede tener acceso a patrones mentales que el paciente abrigue en lo íntimo y que no comparta con el profesional, así como se puede percibir las irradiaciones de los espíritus a él vinculados, “hipnotizándolo” en determinado sentido, con objetivos malévolos o de venganza. De esa forma, el profesional puede actuar, no sólo emitiendo la onda mental contraria, portadora de la virtud y de la afirmación positiva que falte al enfermo, sino también principalmente, auxiliándolo e incentivándolo en la modificación de los patrones de pensamiento por la obtención de nuevas ideas e ideales.
André Luiz, médico espiritual, nos esclarece que:

“La mente reanimada reconstruye las vidas microscópicas [células] que la sirven” (Francisco Cândido Xavier– En los dominios de la mediunidad)

La irradiación del pensamiento renovado, actuando sobre las células del cuerpo espiritual, que son la base de las células del cuerpo somático, actúan reequilibrandolas y alterando incluso la expresión de la genética, modificando los cuadros de la enfermedad, aliviándolos o curándolos, en consonancia con la realidad del individuo. Muy importante todavía, es cuidar de los familiares de los pacientes en una acción terapéutica de igual tenor reeducativo, visto que el paciente respira el ambiente donde vive, compuesto de emanaciones mentales de todos los que allá con él habitan, lo que interfiere sobremanera en su condición física y mental. El culto del evangelio en el hogar, reunión semanal de oraciones y debates del Evangelio en familia, es un potente recurso de reeducación y reequilibrio. Además de sanear psíquicamente el ambiente doméstico, por medio de la acción de los espíritus amigos que visitan los hogares y las familias en oración, promueve el estímulo reeducativo para todos los componentes del hogar, con los efectos saludables de la evangelio-terapia.

5) Incentivo al desarrollo de las virtudes que son tratamiento directo de las cuestiones morales que se encuentran en la base del proceso

No basta modificar el registro interior, es necesario auxiliar el paciente en la conquista de virtudes que sedimenten la cura. Toda cura, esencialmente proviene de Dios, fuente de todo amor, pero sólo se sedimenta en la vida del individuo si el estímulo curativo encontrar resonancia en el interior del enfermo. Toda cura, por lo tanto, es fundamentalmente un fenómeno de autocura. Las informaciones mediúmnicas nos dan acceso a las cuestiones morales más intensas que el paciente presenta, sus conflictos y dramas pasados que aguardan resolución. Por medio de ellas, podemos establecer metas terapéuticas que envuelvan el paciente en un guion seguro de auto-encuentro, auxiliándolo a desarrollar el auto-amor y a envolverse en el bien al semejante, tanto cuánto le sea posible.
El apóstol Pedro, inspirado en las palabras de Cristo, aseveró: “El amor cubre multitud de pecados” (I Pedro 4:7)

Es imperioso, por lo tanto, estimular el paciente en la vivencia de las virtudes que le sean posibles, estimulándolo a superarse cada día, venciendo a sí mismo, dentro de una postura profesional optimista y de confianza, que valore y afirme el potencial creativo y curativo del individuo. El espíritu Inácio Ferreira nos esclarece que:

“En abrumadora mayoría, los conflictos existenciales de la criatura son resultado de la egolatría; alguien que no recibió afecto, que no quiso renunciar, que nunca supo lo que es sacrificio por la felicidad ajena... De repente, la inseguridad, el miedo, el insomnio, la opresión, la pesadilla, el desánimo, la falta de motivación por vivir. Si los psiquiatras se dedicaran  a tratar el egoísmo de sus pacientes, podrían hasta errar en el tratamiento , pero acertarían en el problema de fondo. Y aquí va un consejo a los compañeros: ante la falta de diagnóstico más preciso, ¡tratad del egoísmo del enfermo! No les prescriban medicamentos que lo dejen aún más ensimismados – pónganlos para trabajar en una actividad voluntaria en una obra asistencial.” (Bacceli, Carlos e Inácio Ferreira – “Amai-os y Os instruí”)

Sabemos que la gravedad de los casos  muchas veces no permite al individuo envolverse en actividades de auxilio directo al semejante, pero él puede ser orientado hacia la confección de juguetes, artesanías, ropas, de entre otros, que sean entregados a aquellos que lo necesitan, en un movimiento de amor al semejante. Siempre que el paciente se encuentre en un estado de alteración de conciencia y de percepción sensorial que no le permita la interacción consciente con el mundo, o cuando la situación sea muy grave que no le faculte la interacción, la familia debe ser envuelta en vibraciones de amor y paz, por medio del amparo a los otros, granjeando simpatía y gratitud que envuelvan el paciente y su familia en un clima de armonía y salud.

6) Comprensión y atención del contexto obsesivo y auto-obsesivo que impide la acción médica eficaz, maximizando resultados y acelerando procesos

Frecuentemente observamos la ineficacia de medicaciones bien indicadas y prescritas, siendo necesario el uso combinaciones de fármacos y/o terapia electroconvulsiva. Las informaciones mediúmnicas nos auxilian bastante a comprender esa situación, cuando nos presenta el contexto de las decisiones y deseos inconscientes del paciente, imposibilitando la mejora. Muchas veces el paciente se encuentra inmerso en sentimientos de culpa, remordimientos y desvalorización personal, resultado de las acciones equivocadas del pasado, del presente y de la percepción de los efectos dañinos en sí mismo y en los otros de las elecciones realizadas, optando por la auto-punición. Ese sentimiento de culpa, direccionado de esa forma, genera un mensaje de desmerecimiento de la mejoría y de la salud, y el propio paciente “tira de la manta” bombardeando sus células con emisiones mentales-sentimentales de desarmonía, alterando la acción de los neurotransmisores, antipsicóticos y resto de substancias destinadas a aliviar los síntomas. En posesión de esta constatación, por medio de las informaciones mediúmnicas, el médico, el psicólogo y demás profesionales de salud deben intervenir para direccionar la reflexión y la vivencia del paciente para el autoperdón, la ternura y la aceptación de sí mismos, trasformando el remordimiento en arrepentimiento sincero. El remordimiento es fruto del orgullo, mientras el arrepentimiento es hijo de la humildad. El arrepentimiento no redime el paciente de vivir el fruto de sus elecciones, pero lo direcciona en la posibilidad siempre presente del recomienzo y modificación de la realidad, por el desarrollo del auto-amor y de la reparación de la faltas, por medio del bien al semejante. El auto-amor es manifestación del acogimiento de sí mismo e integración al “holo-amor”, síntesis de las leyes divinas. Es muy importante que los profesionales de salud se conciencien de esa realidad: sólo el amor cura y él representa el elemento terapéutico más profundo y efectivo en el estímulo curativo al paciente.

7) Estímulo a la autocura del propio terapeuta que tiene contenidos afines con los del paciente, obtenidos por la vía mediúmnica

Dentro del paradigma de la reencarnación, comprendemos que todos aquellos que somos terapeutas somos espíritus enfermos, como la gran mayoría de la humanidad, y nos encontramos en proceso de reeducación, por medio del servicio al semejante y de la sensibilización ante el dolor ajeno. No existiendo la casualidad según la visión inmortalista espírita, comprendemos que recibimos en nuestras consultas y hospitales aquellos espíritus con los cuales tenemos no solamente compromisos del pasado, para reencuentro y rearmonización, sino sobre todo, aquellos que guardan afinidad y sintonía con nuestras necesidades internas, traídos por la misericordia divina para ofrecernos el estímulo de cura que necesitamos posibilitándonos auxilio siendo auxiliados.

Las informaciones obtenidas por la mediumnidad de auxilio colocan el profesional que está atento a la cuestión espiritual en contacto con su propia historia espiritual y sus propias necesidades de reeducación, ofreciéndole precioso recurso de auto-encuentro y mejoría personal, de cura de sí mismo.

Conclusión

Las informaciones mediúmnicas, obtenidas por la práctica fiel a los postulados espíritas, promueve el acceso a elementos importantes de diagnóstico y terapéutica para el tratamiento integral de la experiencia humana y, sobre todo, para el ejercicio de una clínica ampliada donde el espíritu inmortal sea considerado en toda su amplia realidad bio-psico-socio-espiritual, para la solución de los dramas internos y la conquista de la salud. Médicos y demás profesionales en el cuidado del paciente necesitan de este recurso sagrado para el auxilio al cuidado integral, que requiere grupos mediúmnicos serios, con médiums entrenados, disciplinados, y por encima de todo, sintonizados con la voluntad profunda de ser útiles al próximo, sirviendo a la vida en la mediunidad con Jesús.

Dr. Andrei Moreira
Médico de familia integrante de 
un equipo del PSF en BH/MG
Presidente de la Asociación Médico-Espírita de MG

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