Fluidos espirituales y salud
En anteriores artículos estudiamos cómo el incumplimiento de
las Leyes Naturales es la causa de todas las enfermedades. Considerando que el
pensamiento se encuentra en el origen de toda acción consciente o inconsciente,
antes incluso de llevarla a cabo en cualquiera de los planos de manifestación
(pensamiento, palabra o acción), podemos decir, por tanto, que el pensamiento
es el causante último de dicho incumplimiento y por tanto el causante de todas
las enfermedades. Vamos a estudiar el papel de los fluidos espirituales creados
por la mente, desde una visión electromagnética, al servicio de nuestra salud.
El pensamiento, fluido material
El pensamiento es la capacidad creadora del Espíritu cuyas
creaciones, los pensamientos, están formados por verdadera materia mental
ponderable, producto de la condensación del fluido cósmico universal, lejos
todavía de nuestros medios de medición pero no por ello carentes de naturaleza
material procedente de la aglutinación en verdaderas partículas del principio
material o fluido cósmico universal.
Según André Luiz, la "materia mental, tiene su
ponderabilidad y sus propiedades químico-electro-magnéticas específicas,
definiéndose en unidades perfectamente mensurables, tal como sucede en el
sistema periódico de los elementos químicos, en el plano terrestre" (1).
Dualidad onda-corpúsculo del pensamiento
Nos dice André Luiz, en el libro "Mecanismos de la
Mediumnidad", que la materia mental, compuesta de partículas mentales,
sigue leyes análogas a las estudiadas en la física molecular y en la física
electromagnética, pero adecuadas evidentemente al correspondiente plano de
manifestación. La materia mental, al igual que las partículas más elementales
del plano físico, se caracteriza por la propiedad dual de la materia denominada
"dualidad onda-corpúsculo".
Como partícula, la materia mental, "aunque en aspectos
fundamentalmente distintos, obedece a principios idénticos a aquellos que rigen
las asociaciones atómicas en la esfera física" (2).
Como onda, el pensamiento es el "flujo energético del
campo espiritual..., desde los rayos superultracortos, en que se expresan las
legiones angélicas,... pasando por las oscilaciones cortas, medias o largas en
que se exterioriza la mente humana, hasta las ondas fragmentarias de los
animales, cuya vida psíquica, todavía en germen, solamente arroja de sí
determinados pensamientos o rayos discontinuos" (2).
Inducción mental
El fluido mental, análogamente a la corriente eléctrica,
posee el fenómeno de la inducción, "el proceso a través del cual un cuerpo
que tenga propiedades electromagnéticas puede transmitirlas a otro cuerpo sin
contacto visible". Por ello, "en el reino de los poderes mentales la
inducción expresa el proceso idéntico, por cuanto la corriente mental es
susceptible de reproducir sus propias peculiaridades en otra corriente mental
que sintonice con ella. Y tanto en la electricidad como en el mentalismo, el
fenómeno obedece a la conjugación de ondas, mientras dura la sustentación del
flujo energético."(2).
La inducción mental es el mecanismo por el cual el
pensamiento imprime sus propiedades peculiares en el resto de fluidos mentales
con los que sintonice.
Interacción de pensamiento sobre los fluidos
Sin embargo los fluidos mentales, no solamente pueden
modificar otros fluidos mentales, también pueden modificar otros fluidos
espirituales más mate-riales intermediarios con el plano físico, puesto que los
espíritus "mediante el pensamiento, imprimen a esos fluidos tal o cual
dirección, los unen, combinan o dispersan; forman conjuntos con determinada
apariencia, forma o color; cambian las propiedades de los mismos como el
químico las de un gas o de otros cuerpos, combinándolos de acuerdo a ciertas
leyes" (3). "Esos fluidos son el vehículo del pensamiento y éste
puede modificar sus propiedades,... cualidades buenas o malas de los
pensamientos que los ponen en vibración modificados por la pureza o impureza de
los sentimientos. Los malos pensamientos corrompen a los fluidos espirituales,
como los miasmas deletéreos corrompen el aire respirable. (4)
El fenómeno de la inducción magnética nos ayuda a entender
cómo el pensamiento interacciona en el exterior, en la superficie y en el
interior de nuestro periespíritu.
Interacción del pensamiento sobre el mundo exterior
El pensamiento actúa sobre nuestro mundo exterior
transformando las propiedades de los fluidos que nos rodean según el patrón
vibratorio que nos caracterice. Según André Luiz, "el pensamiento, fuerza
viva y actuante,... Emitido por nosotros, regresa inevitablemente a nosotros
mismos... De ahí la necesidad imperiosa de que nos situemos en los ideales más
nobles y en los propósitos más puros de la vida, porque las energías atraen
energías de la misma naturaleza y, cuando nos estacionamos en el vicio o en la
sombra, las fuerzas mentales que exteriorizamos, vuelven a nuestro espíritu,
reanimadas e intensificadas por los elementos que con ellas se armonizan...,
convirtiendo nuestra alma en un mundo cerrado en el que las voces y las escenas
de nuestros propios pensamientos, aumentados por las sugestiones de aquellos
que se afinan con nosotros en nuestra vibración, nos imponen reiteradas
alucinaciones, anulando temporalmente los sentidos sutiles" (5).
Interacción del pensamiento sobre la envoltura periespiritual
El pensamiento también se manifiesta a través de los tejidos
de fuerza que delimitan el periespíritu dándole color y limosidad, consecuencia
de la radiación sinérgica del conjunto de células en unión con la mente.
"El pensamiento crea imágenes fluídicas, éstas se
reflejan en la envoltura periespiritual como en un espejo" (6)
Esta influencia del pensamiento muestra como en una
pantalla, las imágenes íntimas originadas en la mente, creando lo que se
denomina ideoplastía. Podemos comprender entonces cómo a través de esta "...
coraza vibratoria... ...somos observados y examinados por las inteligencias
Superiores, sentidos y reconocidos por nuestros seres afines y temidos y
hostilizados, o amados y auxiliados por los hermanos que marchan en un grado
inferior al nuestro."
"Por la conformación y estructura sutil de esa túnica
electromagnética que reviste al hombre, circula el pensamiento dándole colorido
con sus vibraciones e imágenes que son su expresión y con las que exhibe, de
primera mano, las inquietudes y los cuadros que improvisa antes de irradiarlos
con el rumbo y la meta que les fija" (7).
Interacción del pensamiento sobre el periespíritu
Y por último, el pensamiento también actúa en el interior
del periespíritu modificando las propiedades de "las fuerzas que aseguran
el equilibrio orgánico, a través de ondas todavía inabordables a la
investigación humana, ondas que vitalizan los centros periespirituales, donde
se localizan las llamadas glándulas endocrinas que, a su vez, emiten recursos
que garantizan la estabilidad en el campo celular." (8).
Con ello podemos entender mejor las palabras de Kardec:
"Estos fluidos actúan sobre el periespíritu y éste sobre el organismo
material con el cual se halla en contacto molecular. Si los efluvios son de
naturaleza buena, el cuerpo recibirá una impresión saludable; si son malos, la
sensación será desagradable. Si los malos son permanentes y enérgicos, podrán
ocasionar desórdenes físicos..." (9).
Toxinas
Siguiendo la analogía utilizada entre materia física y
materia mental, denominaremos toxinas fluídicas a aquellos residuos mentales
tóxicos consecuencia de pensamientos desequilibrados que afectan a nuestros
cuerpos sutiles, donde imprimen sus propiedades degeneradoras, afectando todo
nuestro psicosoma (periespíritu), desarmonizándonos los centros de fuerza y
consecuentemente el metabolismo energético celular fundamental para el buen
funcionamiento de todos los órganos.
André Luiz nos dice al respecto: "Del mismo modo que el
cuerpo físico puede ingerir alimentos venenosos que intoxiquen sus tejidos,
también el organismo periespiritual puede absorber elementos degradantes que le
corroen los centros de fuerza, con reflejos sobre las células materiales"
(10).
Continuando con la analogía entre fluidos espirituales y
campos electromagnéticos, podemos comprender que las toxinas fluídicas
directamente entorpecen de alguna forma ciertos parámetros cuantificables
dentro del trabajo de dichos centros de fuerza que de forma análoga, como
hipótesis, podemos estudiar siguiendo los principios del electromagnetismo.
Analogía eléctrica de los centros de fuerza y origen de las
enfermedades
Los centros de fuerza son verdaderos transformadores de
energías fluídicas donde se producen diversos fenómenos de emisión y recepción
de energías. Recepción mediante la condensación de energías externas de
determinado tenor vibratorio en corrientes internas adecuadas a la fisiología
espiritual del centro de fuerza afín en cuanto a patrón vibratorio. Y emisión
de energías, como una serie de dinamos (generadores de corrientes fluídicas) a
partir del motor de nuestra mente, sentimientos y voluntad.
Los parámetros por analogía podrían hipotéticamente
asimilarse a las magnitudes: intensidad y potencial (voltaje) de electricidad,
cuando hablamos de corrientes fluídicas a través las vías sutiles del
periespíritu; carga y polaridad, cuando hablamos de acumulación de energías en
los órganos periespirituales; así como magnitudes de frecuencia y modulación de
una onda electromagnética, cuando hablamos de fluidos espirituales que nos
influencian.
En función de la cuantificación alta o baja de estos
parámetros, podemos definir distintos estados anómalos de los centros de
fuerza:
- Hiperdinamia (11) o hipertensión (11b): Estado
sobreexcitado o alto potencial de corriente asociado a una velocidad de
rotación alta del centro de fuerza con posible percepción de sensación de calor
por el médium sensitivo.
- Adinamia (11) o hipotensión (11b): Estado desactivado o
bajo potencial de corriente asociado a una velocidad de rotación baja con
posible percepción de sensación de frío.
- Arritmia (12): Estado de desarmonía propio de bajas
frecuencias de vibración en analogía a modulaciones de onda muy limitadas en
cuanto a riqueza de armónicos, ritmos y formas. Causa de la desarmonía celular
que descontrola el código genético produciendo mutaciones, activaciones o
desactivaciones del material genético, predisponiéndonos para padecer la
enfermedad reparadora de origen genético.
La alteración de la circulación de los fluidos en su
trayecto a través de los órganos periespirituales normalmente deja a unos
órganos en estado de sobrecarga interrumpiendo o ralentizando la circulación
fluídica, dejando a otros órganos en estado de debilitamiento por falta de
alimento vital. Estos dos estados energéticos de los órganos son los
siguientes:
- Estado de debilitamiento por escasez de fluidos por falta
de circulación y por tanto de nutrición de las células y órganos
periespirituales, con posible sensación de sequedad o vacío.
- Estado de sobreexcitación o sobrecarga por acumulación de
fluidos con posible percepción de sensación de humedad, congestión o malestar
por parte del médium.
Estado de debilitamiento
Las consecuencias del debilitamiento de un órgano conllevan
normalmente una disfunción equivalente en el órgano correspondiente en el plano
físico, exigiendo al resto del cuerpo un esfuerzo de adaptación para suplir o
complementar sus funciones.
Una consecuencia normal en el órgano debilitado es la
acumulación de toxinas por falta de energía necesaria para su eliminación hasta
llegar a la crisis donde aparece la inflamación como primera medida del cuerpo
físico para ayudar a la eliminación.
Considerando que el cuerpo físico actúa como un filtro para
la depuración del periespíritu, lógico es pensar que, por afinidad, tanto las
toxinas físicas como los virus o bacterias, se asocien íntimamente con las
toxinas espirituales de forma que su eliminación conjunta del cuerpo físico
conlleve tanto la sanación del cuerpo físico como del periespíritu en gran
parte de los dolencias.
Considerando las palabras de André Luiz que nos cuenta:
"Si tenemos la nube de bacterias producidas por el
cuerpo del paciente, tenemos la nube de larvas (toxinas) mentales producidas
por la mente enferma, en identidad de circunstancias." (13) entendemos
nuevamente que las toxinas de ambos planos interactúan favoreciendo la
proliferación de la enfermedad o incluso el contagio.
En el plano físico, las toxinas espirituales, producentes de
la mente, y las toxinas físicas, procedentes de los abusos materiales
(alimentación, excesos), serían el causante directo de la mala calidad de
nuestro terreno humoral, entorpeciendo la homeostasis celular, causa principal
de la predisposición a sufrir enfermedades, como bien reconoció Pasteur, en su
lecho de muerte, a Claude Bernard con la ya famosa frase: “el microbio no es
nada, el terreno lo es todo”.
De esta forma explicaríamos como "Las intoxicaciones
del alma determinan las molestias del cuerpo" (14); y "la enfermedad
funciona como medio restaurador de la estabilidad psíquica, surgiendo así la
carne como <>, absorbiendo la
residuos tóxicos y la sombra que traemos en el cuerpo sustancial" (15).
De todo esto concluimos que las enfermedades, consecuencia
de la purga de toxinas espirituales de tiempos pretéritos, son buenas para la
purificación del espíritu. Sin embargo, muchas otras enfermedades son
principalmente consecuencia de los abusos físicos, incumpliendo las Leyes
Naturales. Estos abusos complican el panorama general de nuestra salud mediante
la incorporación de nuevas toxinas que dificultan aún más el trabajo del
organismo en busca de su reequilibrio, entrando además en sintonía con nuevos
desequilibrios, reflejos energéticos de otras criaturas que nos comprometerán
aún más nuestra salud en el futuro.
Si el Espiritismo nos habla de las Leyes Naturales del mundo
espiritual, es nuestro deber también estudiar las Leyes Naturales del plano
físico a través de todas las ciencias y en particular, como medida preventiva
para nuestra salud, de la medicina natural, el vegetarianismo y la ecología.
Estado de sobrexcitación
Por el lado opuesto al debilitamiento tenemos el estado de
sobrecarga o sobrexcitación de un órgano periespiritual, el cual sobreactuará
excediéndose en sus funciones desequilibrando el organismo o incluso agrediendo
el funcionamiento de otros órganos debilitándolos.
Según la clasificación de las enfermedades del prestigioso
Dr. Seignalet (biólogo y médico cirujano creador de la hipótesis del
ensuciamiento y de la dieta hipotóxica, coincidentes en gran medida con la
medicina natural), habría tres grupos de enfermedades diferentes: de
acumulación de toxinas, de eliminación de toxinas y autoinmunes. En los estados
de debilitamiento energético de los órganos podríamos pensar que está el origen
de las dos primeras, enfermedades de acumulación y eliminación de toxinas,
quedando las enfermedades autoinmunes posiblemente explicadas por la sobreexcitación
de determinados sistemas que se sobrepasan en sus funciones errando en sus
objetivos.
Tipos de pases desde la perspectiva electromagnética de los
fluidos
Desde este punto de vista electromagnético de los fluidos
vitales que recorren el periespíritu, podemos obtener nuevas perspectivas en la
aplicación de la fluidoterapia si clasificamos los pases en función de la
necesidad de cada uno de los estados anteriormente mencionados:
- Pases generales: Aquel pase que mantiene el ritmo,
intensidad y velocidad constantes en busca de una mejoría general de la
vitalidad.
- Pases equilibrantes: recorriendo los siete centros de
fuerza principales, el pasista debe sentir el grado de sobrexcitación
(hipertensión o hiperdinamia) o de hipotensión (Adinamia) de cada uno proyectando
más o menos energía orientada para conseguir el reequilibrio, activando o
decelerando. En algunos casos, sin ser pases sedantes o calmantes pueden
confundirse por sus efectos (no hay saturación fluídica de los nervios).
- Pases revitalizantes: incidiendo en aquellos centros que
se detectaron en estado de hipotensión (baja actividad), habiéndose
equilibrado, el pase revitalizante, en un determinado centro, es una corriente
de energía forzada por la voluntad y sentimiento del pasista, enlazando su
mismo centro de fuerza emisor con el del
receptor, permitiéndole reponer el mismo tipo de fuerzas vitales perdidas y
desplazando a la vez los antiguos fluidos estancados por otros nuevos
revitalizados.
- Pases dispersivos: aquellos que eliminan energías
acumuladas mediante la oposición enérgica fluidos de idéntica polaridad
mediante el fenómeno de repulsión magnética.
- Pase de limpieza inicial: pase de carácter dispersivo
general preparatorio para comenzar cualquier pase posterior.
- Pase de limpieza final: pase de carácter dispersivo cuya
finalidad es la retirada de los excesos de fluidos después de todo tratamiento
aplicado.
El tratamiento de fluidoterapia de pases (presenciales o a
distancia) bien dirigido debería empezar mediante un análisis previo del
paciente por parte de los guías espirituales, determinando la problemática de
los centros de fuerza a tratar. La terapia de forma general podría dividirse en
los siguientes pasos:
1- Pase de limpieza inicial preparatorio en todos los casos.
2- Pases dispersivos cuando fuera necesario para eliminar
cualquier acumulación de energías deletéreas que imposibilitarían cualquier
atención.
3- Pases equilibrantes activando o ralentizando los centros
afectados cuando hubiera síntomas de hiperdinamia o adinamia. Será
responsabilidad del pasista actuar con su voluntad y sentimiento bien dirigidos
según la problemática del problema hasta sentir el correcto equilibrio del
centro.
4- Pases revitalizantes incidiendo en los centros
debilitados por la ausencia de circulación de energía por causa de la adinamia
o de la arritmia.
5- Pase de limpieza final, dispersando los restos de
energías sobrantes.
6- Prescripción de tratamientos complementarios, agua
fluidificada, pases a distancia, lecturas edificantes diarias, etc. fundamentales
especialmente en los casos de arritmia energética por desarmonía en los propios
centros de fuerza.
José Ignacio Modamio
Centro Espírita "Entre el Cielo y
la Tierra"
Referencias:
- (1)." Evolución en dos mundos", 1ª
parte, cap. XIII.
- (2). "Mecanismos de la Mediumnidad", cap. IV.
-
(3). "La Génesis" cap. XIV ítem 14.
- (4). "La Génesis"
cap. XIV ítem 16.
- (5). "Acción y Reacción" cap. IV. (6) - La
Génesis cap. XIV ítem 15.
- (7)."Evolución en dos mundos", 1ª parte,
cap. XVII.
- (8). "Acción y reacción", cap. XIX. - (9). "La
Génesis", cap. XIV ítem 18.
- (10). "Misioneros de la Luz", cap.
XIX.
- (11). "Evolución en dos mundos" 1ª parte, cap. II. Ed.
portugués
- (11b). Ídem. Trad. española
- (12) "Evolución en dos
mundos" 2ª parte, cap. XIV.
- (13). "Los Mensajeros", Chico
Xavier, cap. XL.
- (14). "Misioneros de la Luz", Chico Xavier, cap.
XVIII.
- (15). "Entre la Tierra y el Cielo”, Chico Xavier, cita pág. 66.
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