jueves, 27 de agosto de 2015

Fluidos espirituales y salud





Fluidos espirituales y salud


En anteriores artículos estudiamos cómo el incumplimiento de las Leyes Naturales es la causa de todas las enfermedades. Considerando que el pensamiento se encuentra en el origen de toda acción consciente o inconsciente, antes incluso de llevarla a cabo en cualquiera de los planos de manifestación (pensamiento, palabra o acción), podemos decir, por tanto, que el pensamiento es el causante último de dicho incumplimiento y por tanto el causante de todas las enfermedades. Vamos a estudiar el papel de los fluidos espirituales creados por la mente, desde una visión electromagnética, al servicio de nuestra salud.

El pensamiento, fluido material

El pensamiento es la capacidad creadora del Espíritu cuyas creaciones, los pensamientos, están formados por verdadera materia mental ponderable, producto de la condensación del fluido cósmico universal, lejos todavía de nuestros medios de medición pero no por ello carentes de naturaleza material procedente de la aglutinación en verdaderas partículas del principio material o fluido cósmico universal.

Según André Luiz, la "materia mental, tiene su ponderabilidad y sus propiedades químico-electro-magnéticas específicas, definiéndose en unidades perfectamente mensurables, tal como sucede en el sistema periódico de los elementos químicos, en el plano terrestre" (1).

Dualidad onda-corpúsculo del pensamiento

Nos dice André Luiz, en el libro "Mecanismos de la Mediumnidad", que la materia mental, compuesta de partículas mentales, sigue leyes análogas a las estudiadas en la física molecular y en la física electromagnética, pero adecuadas evidentemente al correspondiente plano de manifestación. La materia mental, al igual que las partículas más elementales del plano físico, se caracteriza por la propiedad dual de la materia denominada "dualidad onda-corpúsculo".

Como partícula, la materia mental, "aunque en aspectos fundamentalmente distintos, obedece a principios idénticos a aquellos que rigen las asociaciones atómicas en la esfera física" (2).
Como onda, el pensamiento es el "flujo energético del campo espiritual..., desde los rayos superultracortos, en que se expresan las legiones angélicas,... pasando por las oscilaciones cortas, medias o largas en que se exterioriza la mente humana, hasta las ondas fragmentarias de los animales, cuya vida psíquica, todavía en germen, solamente arroja de sí determinados pensamientos o rayos discontinuos" (2).

Inducción mental

El fluido mental, análogamente a la corriente eléctrica, posee el fenómeno de la inducción, "el proceso a través del cual un cuerpo que tenga propiedades electromagnéticas puede transmitirlas a otro cuerpo sin contacto visible". Por ello, "en el reino de los poderes mentales la inducción expresa el proceso idéntico, por cuanto la corriente mental es susceptible de reproducir sus propias peculiaridades en otra corriente mental que sintonice con ella. Y tanto en la electricidad como en el mentalismo, el fenómeno obedece a la conjugación de ondas, mientras dura la sustentación del flujo energético."(2).

La inducción mental es el mecanismo por el cual el pensamiento imprime sus propiedades peculiares en el resto de fluidos mentales con los que sintonice.

Interacción de pensamiento sobre los fluidos

Sin embargo los fluidos mentales, no solamente pueden modificar otros fluidos mentales, también pueden modificar otros fluidos espirituales más mate-riales intermediarios con el plano físico, puesto que los espíritus "mediante el pensamiento, imprimen a esos fluidos tal o cual dirección, los unen, combinan o dispersan; forman conjuntos con determinada apariencia, forma o color; cambian las propiedades de los mismos como el químico las de un gas o de otros cuerpos, combinándolos de acuerdo a ciertas leyes" (3). "Esos fluidos son el vehículo del pensamiento y éste puede modificar sus propiedades,... cualidades buenas o malas de los pensamientos que los ponen en vibración modificados por la pureza o impureza de los sentimientos. Los malos pensamientos corrompen a los fluidos espirituales, como los miasmas deletéreos corrompen el aire respirable. (4)
El fenómeno de la inducción magnética nos ayuda a entender cómo el pensamiento interacciona en el exterior, en la superficie y en el interior de nuestro periespíritu.

Interacción del pensamiento sobre el mundo exterior

El pensamiento actúa sobre nuestro mundo exterior transformando las propiedades de los fluidos que nos rodean según el patrón vibratorio que nos caracterice. Según André Luiz, "el pensamiento, fuerza viva y actuante,... Emitido por nosotros, regresa inevitablemente a nosotros mismos... De ahí la necesidad imperiosa de que nos situemos en los ideales más nobles y en los propósitos más puros de la vida, porque las energías atraen energías de la misma naturaleza y, cuando nos estacionamos en el vicio o en la sombra, las fuerzas mentales que exteriorizamos, vuelven a nuestro espíritu, reanimadas e intensificadas por los elementos que con ellas se armonizan..., convirtiendo nuestra alma en un mundo cerrado en el que las voces y las escenas de nuestros propios pensamientos, aumentados por las sugestiones de aquellos que se afinan con nosotros en nuestra vibración, nos imponen reiteradas alucinaciones, anulando temporalmente los sentidos sutiles" (5).

Interacción del pensamiento sobre la envoltura  periespiritual

El pensamiento también se manifiesta a través de los tejidos de fuerza que delimitan el periespíritu dándole color y limosidad, consecuencia de la radiación sinérgica del conjunto de células en unión con la mente.

"El pensamiento crea imágenes fluídicas, éstas se reflejan en la envoltura periespiritual como en un espejo" (6)

Esta influencia del pensamiento muestra como en una pantalla, las imágenes íntimas originadas en la mente, creando lo que se denomina ideoplastía. Podemos comprender entonces cómo a través de esta "... coraza vibratoria... ...somos observados y examinados por las inteligencias Superiores, sentidos y reconocidos por nuestros seres afines y temidos y hostilizados, o amados y auxiliados por los hermanos que marchan en un grado inferior al nuestro." 

"Por la conformación y estructura sutil de esa túnica electromagnética que reviste al hombre, circula el pensamiento dándole colorido con sus vibraciones e imágenes que son su expresión y con las que exhibe, de primera mano, las inquietudes y los cuadros que improvisa antes de irradiarlos con el rumbo y la meta que les fija" (7).

Interacción del pensamiento sobre el periespíritu

Y por último, el pensamiento también actúa en el interior del periespíritu modificando las propiedades de "las fuerzas que aseguran el equilibrio orgánico, a través de ondas todavía inabordables a la investigación humana, ondas que vitalizan los centros periespirituales, donde se localizan las llamadas glándulas endocrinas que, a su vez, emiten recursos que garantizan la estabilidad en el campo celular." (8).

Con ello podemos entender mejor las palabras de Kardec: "Estos fluidos actúan sobre el periespíritu y éste sobre el organismo material con el cual se halla en contacto molecular. Si los efluvios son de naturaleza buena, el cuerpo recibirá una impresión saludable; si son malos, la sensación será desagradable. Si los malos son permanentes y enérgicos, podrán ocasionar desórdenes físicos..." (9).

Toxinas

Siguiendo la analogía utilizada entre materia física y materia mental, denominaremos toxinas fluídicas a aquellos residuos mentales tóxicos consecuencia de pensamientos desequilibrados que afectan a nuestros cuerpos sutiles, donde imprimen sus propiedades degeneradoras, afectando todo nuestro psicosoma (periespíritu), desarmonizándonos los centros de fuerza y consecuentemente el metabolismo energético celular fundamental para el buen funcionamiento de todos los órganos.
André Luiz nos dice al respecto: "Del mismo modo que el cuerpo físico puede ingerir alimentos venenosos que intoxiquen sus tejidos, también el organismo periespiritual puede absorber elementos degradantes que le corroen los centros de fuerza, con reflejos sobre las células materiales" (10).
Continuando con la analogía entre fluidos espirituales y campos electromagnéticos, podemos comprender que las toxinas fluídicas directamente entorpecen de alguna forma ciertos parámetros cuantificables dentro del trabajo de dichos centros de fuerza que de forma análoga, como hipótesis, podemos estudiar siguiendo los principios del electromagnetismo.

Analogía eléctrica de los centros de fuerza y origen de las enfermedades

Los centros de fuerza son verdaderos transformadores de energías fluídicas donde se producen diversos fenómenos de emisión y recepción de energías. Recepción mediante la condensación de energías externas de determinado tenor vibratorio en corrientes internas adecuadas a la fisiología espiritual del centro de fuerza afín en cuanto a patrón vibratorio. Y emisión de energías, como una serie de dinamos (generadores de corrientes fluídicas) a partir del motor de nuestra mente, sentimientos y voluntad.

Los parámetros por analogía podrían hipotéticamente asimilarse a las magnitudes: intensidad y potencial (voltaje) de electricidad, cuando hablamos de corrientes fluídicas a través las vías sutiles del periespíritu; carga y polaridad, cuando hablamos de acumulación de energías en los órganos periespirituales; así como magnitudes de frecuencia y modulación de una onda electromagnética, cuando hablamos de fluidos espirituales que nos influencian.

En función de la cuantificación alta o baja de estos parámetros, podemos definir distintos estados anómalos de los centros de fuerza:

- Hiperdinamia (11) o hipertensión (11b): Estado sobreexcitado o alto potencial de corriente asociado a una velocidad de rotación alta del centro de fuerza con posible percepción de sensación de calor por el médium sensitivo.
- Adinamia (11) o hipotensión (11b): Estado desactivado o bajo potencial de corriente asociado a una velocidad de rotación baja con posible percepción de sensación de frío.
- Arritmia (12): Estado de desarmonía propio de bajas frecuencias de vibración en analogía a modulaciones de onda muy limitadas en cuanto a riqueza de armónicos, ritmos y formas. Causa de la desarmonía celular que descontrola el código genético produciendo mutaciones, activaciones o desactivaciones del material genético, predisponiéndonos para padecer la enfermedad reparadora de origen genético.

La alteración de la circulación de los fluidos en su trayecto a través de los órganos periespirituales normalmente deja a unos órganos en estado de sobrecarga interrumpiendo o ralentizando la circulación fluídica, dejando a otros órganos en estado de debilitamiento por falta de alimento vital. Estos dos estados energéticos de los órganos son los siguientes:

- Estado de debilitamiento por escasez de fluidos por falta de circulación y por tanto de nutrición de las células y órganos periespirituales, con posible sensación de sequedad o vacío.
- Estado de sobreexcitación o sobrecarga por acumulación de fluidos con posible percepción de sensación de humedad, congestión o malestar por parte del médium.

Estado de debilitamiento

Las consecuencias del debilitamiento de un órgano conllevan normalmente una disfunción equivalente en el órgano correspondiente en el plano físico, exigiendo al resto del cuerpo un esfuerzo de adaptación para suplir o complementar sus funciones.

Una consecuencia normal en el órgano debilitado es la acumulación de toxinas por falta de energía necesaria para su eliminación hasta llegar a la crisis donde aparece la inflamación como primera medida del cuerpo físico para ayudar a la eliminación.

Considerando que el cuerpo físico actúa como un filtro para la depuración del periespíritu, lógico es pensar que, por afinidad, tanto las toxinas físicas como los virus o bacterias, se asocien íntimamente con las toxinas espirituales de forma que su eliminación conjunta del cuerpo físico conlleve tanto la sanación del cuerpo físico como del periespíritu en gran parte de los dolencias.

Considerando las palabras de André Luiz que nos cuenta: "Si tenemos la nube de bacterias producidas por el cuerpo del paciente, tenemos la nube de larvas (toxinas) mentales producidas por la mente enferma, en identidad de circunstancias." (13) entendemos nuevamente que las toxinas de ambos planos interactúan favoreciendo la proliferación de la enfermedad o incluso el contagio.

En el plano físico, las toxinas espirituales, producentes de la mente, y las toxinas físicas, procedentes de los abusos materiales (alimentación, excesos), serían el causante directo de la mala calidad de nuestro terreno humoral, entorpeciendo la homeostasis celular, causa principal de la predisposición a sufrir enfermedades, como bien reconoció Pasteur, en su lecho de muerte, a Claude Bernard con la ya famosa frase: “el microbio no es nada, el terreno lo es todo”.

De esta forma explicaríamos como "Las intoxicaciones del alma determinan las molestias del cuerpo" (14); y "la enfermedad funciona como medio restaurador de la estabilidad psíquica, surgiendo así la carne como <>, absorbiendo la residuos tóxicos y la sombra que traemos en el cuerpo sustancial" (15).

De todo esto concluimos que las enfermedades, consecuencia de la purga de toxinas espirituales de tiempos pretéritos, son buenas para la purificación del espíritu. Sin embargo, muchas otras enfermedades son principalmente consecuencia de los abusos físicos, incumpliendo las Leyes Naturales. Estos abusos complican el panorama general de nuestra salud mediante la incorporación de nuevas toxinas que dificultan aún más el trabajo del organismo en busca de su reequilibrio, entrando además en sintonía con nuevos desequilibrios, reflejos energéticos de otras criaturas que nos comprometerán aún más nuestra salud en el futuro.

Si el Espiritismo nos habla de las Leyes Naturales del mundo espiritual, es nuestro deber también estudiar las Leyes Naturales del plano físico a través de todas las ciencias y en particular, como medida preventiva para nuestra salud, de la medicina natural, el vegetarianismo y la ecología.

Estado de sobrexcitación

Por el lado opuesto al debilitamiento tenemos el estado de sobrecarga o sobrexcitación de un órgano periespiritual, el cual sobreactuará excediéndose en sus funciones desequilibrando el organismo o incluso agrediendo el funcionamiento de otros órganos debilitándolos.
Según la clasificación de las enfermedades del prestigioso Dr. Seignalet (biólogo y médico cirujano creador de la hipótesis del ensuciamiento y de la dieta hipotóxica, coincidentes en gran medida con la medicina natural), habría tres grupos de enfermedades diferentes: de acumulación de toxinas, de eliminación de toxinas y autoinmunes. En los estados de debilitamiento energético de los órganos podríamos pensar que está el origen de las dos primeras, enfermedades de acumulación y eliminación de toxinas, quedando las enfermedades autoinmunes posiblemente explicadas por la sobreexcitación de determinados sistemas que se sobrepasan en sus funciones errando en sus objetivos.

Tipos de pases desde la perspectiva electromagnética de los fluidos

Desde este punto de vista electromagnético de los fluidos vitales que recorren el periespíritu, podemos obtener nuevas perspectivas en la aplicación de la fluidoterapia si clasificamos los pases en función de la necesidad de cada uno de los estados anteriormente mencionados:

- Pases generales: Aquel pase que mantiene el ritmo, intensidad y velocidad constantes en busca de una mejoría general de la vitalidad.
- Pases equilibrantes: recorriendo los siete centros de fuerza principales, el pasista debe sentir el grado de sobrexcitación (hipertensión o hiperdinamia) o de hipotensión (Adinamia) de cada uno proyectando más o menos energía orientada para conseguir el reequilibrio, activando o decelerando. En algunos casos, sin ser pases sedantes o calmantes pueden confundirse por sus efectos (no hay saturación fluídica de los nervios).
- Pases revitalizantes: incidiendo en aquellos centros que se detectaron en estado de hipotensión (baja actividad), habiéndose equilibrado, el pase revitalizante, en un determinado centro, es una corriente de energía forzada por la voluntad y sentimiento del pasista, enlazando su mismo centro  de fuerza emisor con el del receptor, permitiéndole reponer el mismo tipo de fuerzas vitales perdidas y desplazando a la vez los antiguos fluidos estancados por otros nuevos revitalizados.
- Pases dispersivos: aquellos que eliminan energías acumuladas mediante la oposición enérgica fluidos de idéntica polaridad mediante el fenómeno de repulsión magnética.
- Pase de limpieza inicial: pase de carácter dispersivo general preparatorio para comenzar cualquier pase posterior.
- Pase de limpieza final: pase de carácter dispersivo cuya finalidad es la retirada de los excesos de fluidos después de todo tratamiento aplicado.

El tratamiento de fluidoterapia de pases (presenciales o a distancia) bien dirigido debería empezar mediante un análisis previo del paciente por parte de los guías espirituales, determinando la problemática de los centros de fuerza a tratar. La terapia de forma general podría dividirse en los siguientes pasos:

1- Pase de limpieza inicial preparatorio en todos los casos.
2- Pases dispersivos cuando fuera necesario para eliminar cualquier acumulación de energías deletéreas que imposibilitarían cualquier atención.
3- Pases equilibrantes activando o ralentizando los centros afectados cuando hubiera síntomas de hiperdinamia o adinamia. Será responsabilidad del pasista actuar con su voluntad y sentimiento bien dirigidos según la problemática del problema hasta sentir el correcto equilibrio del centro.
4- Pases revitalizantes incidiendo en los centros debilitados por la ausencia de circulación de energía por causa de la adinamia o de la arritmia.
5- Pase de limpieza final, dispersando los restos de energías sobrantes.
6- Prescripción de tratamientos complementarios, agua fluidificada, pases a distancia, lecturas edificantes diarias, etc. fundamentales especialmente en los casos de arritmia energética por desarmonía en los propios centros de fuerza.
José Ignacio Modamio
Centro Espírita "Entre el Cielo y la Tierra"


Referencias: 
- (1)." Evolución en dos mundos", 1ª parte, cap. XIII. 
- (2). "Mecanismos de la Mediumnidad", cap. IV. 
- (3). "La Génesis" cap. XIV ítem 14. 
- (4). "La Génesis" cap. XIV ítem 16. 
- (5). "Acción y Reacción" cap. IV. (6) - La Génesis cap. XIV ítem 15. 
- (7)."Evolución en dos mundos", 1ª parte, cap. XVII. 
- (8). "Acción y reacción", cap. XIX. - (9). "La Génesis", cap. XIV ítem 18. 
- (10). "Misioneros de la Luz", cap. XIX. 
- (11). "Evolución en dos mundos" 1ª parte, cap. II. Ed. portugués 
- (11b). Ídem. Trad. española 
- (12) "Evolución en dos mundos" 2ª parte, cap. XIV. 
- (13). "Los Mensajeros", Chico Xavier, cap. XL. 
- (14). "Misioneros de la Luz", Chico Xavier, cap. XVIII. 
- (15). "Entre la Tierra y el Cielo”, Chico Xavier, cita pág. 66.

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