Para que se produzca una comunicación mediúmnica, es mucho trabajo el que deben realizar nuestros hermanos mentores del plano espiritual. Lo que vamos a exponer puede variar en forma y desarrollo, dependiendo de las dificultades y de los objetivos de cada caso concreto. Describiremos el proceso psico-orgánico necesario, para que se produzca una comunicación a través de Psicofonía consciente (1).
Cada espíritu alcanzó un determinado grado de crecimiento espiritual, por lo que los resultados del trabajo mediúmnico, difieren de individuo a individuo, así como las interpretaciones de la vida son distintas de alma a alma. Mediumnidad es sintonía. Cada espíritu vive entre las fuerzas con las cuales armoniza, transmitiéndolas según las concepciones que caracterizan su modo de ser...
Para el servicio de preparación, primeramente se produce un diálogo entre el mentor y el espíritu comunicante (2). Se le invita a meditar sobre la importancia del acontecimiento y se le recuerda que va a utilizar un organismo neuromuscular que no le pertenece. En la mayor parte de los casos se le conduce, con algunas horas de antelación a la reunión, al lado del médium, a efecto de facilitar el trabajo de armonización vibratoria entre ambos. Lo ideal en este acercamiento, es que se trabaje en una atmósfera confortadora y apacible, pero no siempre es así. Muchas veces las dificultades del entorno del médium, o el propio médium como ser humano susceptible a las vicisitudes o desequilibrios de la esfera carnal, hacen este trabajo todavía más complicado.
El mentor realiza pases magnéticos fortaleciendo el sistema nervioso del médium, tanto en sus fibras nerviosas, como en las células gliales (3). Posteriormente, se forma una especie de cordón fluídico que liga a ambos. Se solicita al espíritu a hablar con el médium con todas sus energías mentales. El médium registra inconscientemente su presencia y su lenguaje bajo la forma de figuración y memorización, aparentemente imaginarias, en la esfera del pensamiento. Este singular dialogo psíquico, ayuda a sintonizar a ambos.
Una vez llegados al recinto de trabajo todos los participantes, comienza la preparación del médium sobre su sistema endocrino. De un modo general, se proporcionan recursos para la normalización de todas sus glándulas. La epífisis, que es la glándula de la vida mental y de la mediumnidad, juega un papel fundamental en el proceso, facilitando, entre otras cosas, la expansión del periespíritu para la conexión de los campos biomagnéticos de espíritu y médium. Capta vibraciones del espectro electromagnético, traduce las emociones de nuestros pensamientos y la energía del mundo espiritual, archivándola e interactuando con el cerebro de las más distintas formas (4).
Para el trabajo magnético de los mentores sobre el sistema nervioso y endocrino del médium, se accionan los centros de fuerza, que están conectados a ambos sistemas del organismo (5).
Posteriormente, comienza la tarea de auxilio a todas las células de la corteza cerebral del médium, a los órganos del lenguaje y a las piezas y músculos del centro del habla, especialmente sobre la región de la glotis (6).
En el transcurso de este proceso, suele dar comienzo la reunión mediúmnica. Con la oración general para el inicio de los trabajos, se logra el efecto de equilibrio vibratorio del ambiente. El médium se aleja de su cuerpo a una distancia variable de algunos centímetros, mientras que, el espíritu comunicante se inclina y se une a el, en un sutil proceso de injerto neuro-psíquico, a la manera de alguien que se asoma por una ventana. Se pueden observar entonces, unos pequeños hilos brillantes que unen la frente del médium, desligado del cuerpo físico, al cerebro del periespíritu de la entidad comunicante. Esto provoca una corriente magnético-nerviosa, a través de la cual el médium le controla. Conocerá las palabras en formación, valorándolas previamente y reservándose el derecho a corregirlo ante cualquier extralimitación. Los impulsos mentales del espíritu, repercuten sobre su pensamiento como resonancia.
El espíritu hace uso del órgano vocal, reviviendo sus propios sentidos al contacto con las fuerzas nerviosas del médium... comienza la comunicación...
Alfredo Alonso de la Fuente
Notas del artículo:
(1) Comunicación de los espíritus por la voz de un médium parlante, también llamada mediumnidad de incorporación.
(2) Exceptuando casos de espíritus sufrientes en procesos de alienación mental, que son llevados a las reuniones totalmente desorientados.
(3) Células que dan soporte a las neuronas, sobre todo en la organización de los niveles de neurotransmisores en las sinapsis.
(4) La pineal forma cristales de apatita. Cuanto mayor es la concentración de estos cristales, mayor es la mediumnidad de la persona, puesto que tiene más facilidad para absorber el campo electromagnético y captar informaciones. Es posible visualizar estos cristales en la tomografía.
(5) Exceptuando el centro de fuerza Coronario, que controla todos los otros centros, que no está vinculado a ningún plexo nervioso, asociándose a todo el encéfalo. Es el centro conectado a la epífisis o pineal.
(6) En nuestro cerebro, las células nerviosas de la corteza motora primaria están directamente conectadas con las células que causan las contracciones musculares de nuestro cuerpo. En el hemisferio izquierdo, se encuentra el Área de Broca, donde reside la capacidad del habla. Esta región de Broca, está comunicada con la porción de la corteza motora primaria que controla los músculos de los labios, la lengua y la garganta.
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