En la tercera parte de este ciclo de artículos sobre el control emocional, vimos como en nuestras reacciones subconscientes, la imaginación tenía un papel clave a la hora de amplificar los estímulos sensoriales, creando a partir de ellos, gran parte de nuestras emociones. La imaginación y por tanto el pensamiento, son poderosas herramientas amplificadoras de las emociones y de los sentimientos. Diferenciando emociones de sentimientos, según se exterioricen o permanezcan en nuestro interior. “Emoción” etimológicamente significa movimiento exterior y por tanto, mientras un sentimiento no se manifieste en el exterior a través de una acción, no será emoción.
Muchos de los libros de autoayuda se fundamentan en esta afirmación: “el pensamiento y la voluntad pueden moldear el sentimiento”. De esta forma desarrollan sus fórmulas para ganar confianza en uno mismo, obtener éxito, mejorar nuestra capacidad de relacionarnos, eliminar bloqueos, encontrar la felicidad o la autosatisfacción.
Muchos de estos libros son útiles pero no profundizan realmente en el proceso creador del sentimiento a partir del pensamiento, simplemente lo aplican para obtener sus objetivos, a veces no demasiado espirituales sino más bien materiales.
Cada uno debemos preguntarnos:
-¿Controlamos realmente nuestros pensamientos?
-¿Somos dominados por continuas distracciones en el estudio, trabajo, hobbies, etc.? ¿Carecemos de capacidad de concentración, atención, etc.?
-¿Qué nos impide controlar nuestros pensamientos?
¡Cuántos hay que no saben lo quieren...! y lo que creen que quieren, sólo lo quieren engañados por los aspectos exteriores que les rodean.
Básicamente podemos hablar principalmente de tres causas generales que nos impiden controlar nuestros pensamientos, causas físicas, intelectuales y morales.
Causas físicas.
a) Debilidad orgánica, tensión neuromuscular y estrés.
Es conocido la capacidad del cuerpo humano en redistribuir sus recursos ante cualquier desequilibrio crítico para atender las zonas que más lo necesitan desatendiendo capacidades menos necesitadas en esos momentos, como la intelectiva.
Por otro lado, la tensión neuromuscular y el estrés son una causa de frecuentes bloqueos en nuestras capacidades psíquicas. La tensión neuromuscular bloquea nuestra energía vital limitando su correcto fluir por nuestro organismo. El estrés impide que podamos relajarnos correctamente desgastando enormes cantidades de energía psíquica. También impide que nos concentremos plenamente en áreas ajenas al objeto de nuestras preocupaciones.
b) Mala alimentación y excesos.
La carencia de nutrientes conlleva debilidad orgánica evidentemente, pero principalmente son los excesos y la malnutrición, los máximos culpables de nuestra desorganización física en comparación con las carencias que podamos tener.
El consumo de azúcares simples, alimentos refinados (pan blanco, pasta, arroz pulido,...) y excesivamente procesados con potenciadores de sabor, erosiona nuestra salud acidificando nuestro organismo, debilita nuestra energía vital, principalmente en individuos con hiperinsulinismo (preludio de una futura diabetes), causándonos períodos de hipoglucemia que merma la capacidad intelectiva y motora temporalmente, o nos incita a seguir alimentándonos fomentando la obesidad.
En mayor medida es desaconsejable totalmente el consumo de alcohol, tabaco o cualquier otra droga. Estas drogas, tóxicas para nuestra salud, afectan directamente a nuestras capacidades psíquicas, y nunca podremos escapar indemnes a sus efectos físicos y espirituales.
Causas intelectuales.
a) Indisciplina y carencia de ejercicio mental, mala educación de la atención, dispersión mental.
El cerebro, como órgano físico de la mente, se comporta en cuanto a capacidades, como un músculo, es decir, necesita ser entrenado para estar realmente en forma.
El más mínimo ejercicio mental reporta excelentes frutos en cuanto a agilidad y capacidad de concentración. La carencia de ejercicio mental nos lleva a la pérdida de memoria y capacidad de concentración, necesarios por ejemplo para el estudio. El estudio a su vez es un magnífico ejercicio mental que nos aporta un doble o triple beneficio. En primer lugar el conocimiento adquirido, en segundo el ejercicio mental que conlleva, y en tercer lugar el establecimiento del hábito de estudiar que nos aleja de la ociosidad y nos facilita la propia tarea del estudio, llegando a favorecer el gusto por el aprendizaje.
Nos vendrán bien por tanto, todo tipo de ejercicios mentales que fomenten la visión espacial, la memoria fotográfica, la atención, la agilidad mental, la capacidad de asociación y deducción, etc.
b) Carencia de economía psíquica. La dificultad que tenemos en alcanzar una buena concentración, nos lleva además a ser inconstantes una vez alcanzada. Entrando difícilmente pero saliendo fácilmente. Todo ello conlleva un gran esfuerzo psíquico que nos deja agotados porque muchas veces no llegamos a alcanzar un mínimo de concentración. Expertos en el tema aseguran que el cansancio de dos horas de concentración perfecta pueden ser recuperadas en apenas cinco minutos de relajación plena. A esto añadimos que tampoco sabemos relajarnos plenamente ni cinco minutos.
Como principales consejos en este punto, debemos decir que a ser posible, debemos abordar nuestros problemas uno a uno, siguiendo una lista, para alcanzar puntualmente en cada uno de ellos el estado de mayor concentración que podamos alcanzar. Deberemos evitar salir de la concentración accidentalmente, mediante el ejercicio, y tomar cada media hora al principio, cada hora después, unos cinco minutos de relajación plena. Previamente debemos practicar ejercicios de relajación al igual que los de concentración. Un buen ejercicio de relajación es concentrarnos en nuestra respiración y después contar hacia atrás mentalmente conforme vamos relajando todos los músculos. Otro ejercicio de relajación interesante es concentrarnos en nuestra respiración, sentir como en cada inspiración nos llenamos de energía nueva que nos inunda y posteriormente en la exhalación sentir como descargamos la energía antigua extenuada.
c) Excesiva preponderancia de la razón (pensamiento lógico-materialista, inductivo) sobre la intuición (pensamiento análogo, lateral).
Estudios sobre los hemisferios cerebrales concluyen que ambos hemisferios tienen funciones muy diferentes. El hemisferio izquierdo del neocortex cerebral se encarga de funciones principalmente lógicas y racionales, incluyendo el lenguaje, mientras que el hemisferio derecho es responsable de la creatividad, la intuición, la visión abstracta y panorámica.
En occidente estamos influenciados socialmente por la lógica materialista del consumismo y la educación establecida, potenciando las funciones del hemisferio izquierdo racional frente a las del derecho más emocional. Las culturas orientales tienen más equilibradas ambas partes gracias a su visión más espiritual de la vida.
El cerebro femenino, en este sentido y en muchos otros, está mucho más desarrollado que el cerebro masculino. El número de interconexiones en el cuerpo calloso, unión entre ambos hemisferios, es mucho mayor y esto repercute en un comportamiento y comprensión más emocional. El lenguaje y por tanto la comunicación, es mucho más emocional y las observaciones de la realidad son más intuitivas y certeras, gracias a la percepción de los detalles emocionales simultáneamente a las palabras recibidas, las cuales pueden ser más fácilmente falseadas.
Para poder acceder a pensamientos creativos y enriquecer nuestros pensamientos con dotes de inteligencia emocional, debemos saber cambiar de modo de operar mentalmente, de modo lógico a modo creativo-intuitivo. Es un requisito para alcanzar el conocimiento de uno mismo. Debemos juzgar si nuestros pensamientos siguen una lógica materialista o bien siguen un punto de vista espiritual. Por ello será necesario alcanzar un profundo conocimiento espiritual, capaz de fundamentar nuestros pensamientos por analogía, con criterio moral.
El sentimiento y la emoción es el lenguaje de nuestro interior. Funciones que nos son transmitidas principalmente por el hemisferio derecho, más emocional e intuitivo. Es el mecanismo automático del lenguaje, propio del hemisferio izquierdo, el que muchas veces “sobreescribe” cualquier mensaje de nuestro interior. Tenemos pues que acallar al “Hablante”, la voz de nuestro ego, el primer interesado en separarnos de las débiles sugestiones de nuestra conciencia interior. Por ello es tan difícil alcanzar el silencio absoluto de la mente cuando estamos meditando. Parece que el ego siempre tiene que dar su opinión. Para doblegarlo no bastará simplemente ejercitar meditando con la mente en blanco, deberemos desarrollar nuestra voluntad (ver causas morales).
Causas morales.
La baja moralidad es la principal causa de nuestra incapacidad de controlar nuestros pensamientos. No podemos dominar nuestra mente si antes no somos dueños de nosotros mismos. La Fuerza Moral es el fundamento de la verdadera Voluntad.
a) Gobernados por “dioses internos”
El reino de nuestra mente tiene muchos “señores” o “dioses internos”. Ejercen su influencia y muchas veces consiguen gobernar nuestra mente, doblegando nuestra voluntad, mientras que lo permita la falta de moralidad.
Estos “dioses internos”, están formados por temores, vicios, hábitos e ideas asimiladas inconscientemente en experiencias pasadas que automatizadas se comportan con tanta fuerza como nuestros instintos naturales, suplantándolos en ocasiones.
Los instintos naturales nos guían en las primeras etapas de nuestra existencia, cuando la inteligencia no está lo suficientemente desarrollada para llevarnos por el buen camino.
El desarrollo de la inteligencia marca el comienzo del fin de los instintos, pero sólo la inteligencia no será suficiente. La reforma moral permitirá la liberación de poderosas corrientes interiores, que asociadas a la inteligencia, persisten en nuestro mundo mental como el egoísmo y el orgullo, artificios mentales que utilizan a la inteligencia para alcanzar sus propósitos sin salir fortalecidos.
b) Carencia de contenidos fluídico-mentales descendentes.
Todos somos médiums con respecto al ambiente en que nos sintonizamos. Muchas veces somos incapaces de sintonizar con contenidos elevados que al descender nos impulsan y alientan, mediante la intuición de pensamientos fortalecedores, hacia la transformación moral. La práctica de la oración es ingrediente fundamental para la buena salud psíquico-espiritual.
c) Sintonización con contenidos fluídico-mentales ascendentes.
Frecuentemente sintonizamos con corrientes mentales livianas de bajo tenor. Transformamos nuestro ambiente espiritual en reflejos de nuestra vida mental. Nos rodeamos de aquellas entidades con las que sintonizamos, ocurriendo entonces distintos fenómenos de interrelación encarnado-desencarnado, desde la simple transmisión de pensamientos a las complejas obsesiones y subyugaciones que nos revela el Espiritismo.
d) Carencia de Voluntad
La falta de moral implica falta de verdadera voluntad. Las mayores pruebas para la Voluntad son siempre las pruebas morales.
"La obediencia es el consentimiento de la razón y la resignación es el consentimiento del corazón" (El Evangelio según el Espiritismo cap. IX, ítem 8).
Quizás las mayores pruebas son la obediencia y la resignación. Descubrimos aquí cómo las dos facetas fundamentales del ser humano, la razón y el corazón, pueden ser ambas dominadas por la Voluntad mediante la Moral.
No hay obediencia real sin libertad, puesto que el esclavo no obedece realmente sino que acata órdenes. Debemos ser libres realmente de nuestras pasiones y “dioses internos” para poder elegir obedecer libremente la acción más elevada en cada momento de nuestras vidas. El estudio nos permitirá alcanzar el conocimiento espiritual que nos permita discernir y hacernos conscientes de las acciones más elevadas en cada situación.
No hay resignación real sin sentimientos completamente desarrollados (amor). Sólo amando libremente al prójimo como a uno mismo podremos realmente resignarnos.
Cualquier sacrificio implica una pérdida material pero también una ganancia espiritual. Sin sentimientos desarrollados no podremos valorar el mundo espiritual lo suficiente como para esforzarnos lo suficiente por él.
Desarrollar nuestros sentimientos es una de las principales tareas que venimos a realizar en nuestras encarnaciones. Cuando todos hayamos desarrollado nuestros sentimientos al nivel de ser capaces de sentir el verdadero Amor, amaremos constantemente y no soportaremos la idea de dejar de amar, beneficiando sistemáticamente nuestro entorno, contagiándoles nuestro amor.
El desarrollo de la Voluntad es paralelo al desarrollo de nuestros sentimientos y conocimiento espiritual. El “Evangelio según el Espiritismo” de Allan Kardec, es actualmente el mejor manual psicoterapéutico a nuestro alcance. Tengamos como práctica diaria su lectura y sintamos sus beneficios en nosotros y en los que nos rodean. Practiquemos la lectura del Evangelio en el hogar y hagamos de nuestra casa, un hogar espiritual para los buenos espíritus que trabajan en nuestro entorno. Su paz y armonía son luz que disipan las sombras que nos acechan.
José Ignacio Modamio Rica
Centro Espírita "Entre el Cielo y la Tierra".
CICLO COMPLETO (4 artículos)
http://www.elangeldelbien.com/2012/04/instintos-y-emociones-subconscientes.html
http://www.elangeldelbien.com/2012/10/la-alegria-y-tristeza-ciclo-control-y.html
http://www.elangeldelbien.com/2012/12/cerebro-y-emociones-ciclo-control-y.html
http://www.elangeldelbien.com/2013/03/pensamiento-y-voluntad-ciclo-control-y.html
http://www.elangeldelbien.com/2012/10/la-alegria-y-tristeza-ciclo-control-y.html
http://www.elangeldelbien.com/2012/12/cerebro-y-emociones-ciclo-control-y.html
http://www.elangeldelbien.com/2013/03/pensamiento-y-voluntad-ciclo-control-y.html
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