La cuestión de la unión en el panorama del movimiento espírita es un asunto de especial importancia y que reviste una seria reflexión por parte de todos aquellos que nos sentimos vinculados, en mayor o menor medida, con esta doctrina de amor. Dirigentes de centros, médiums, coordinadores de grupos de estudio, conferenciantes, etc.; todos, sin excepción, debemos permanecer atentos para que ni nuestras ocupaciones (dentro y fuera de la doctrina) ni nuestra vanidad, desvíen nuestra atención de la cuestión unificadora, expresión directa de los elevados ideales del trabajo en común y la fraternidad… pues, no tengamos ninguna duda, más de una vez se nos dará la oportunidad de ser portadores de esta sagrada llama.
Los llamamientos del sentimiento unificador pueden venirnos por múltiples vías, pero sólo penetrará en nuestro interior si somos humildes y voluntariosos, y en muchas ocasiones, pacificadores.
Cuando teorizamos sobre el triple carácter del Espiritismo: filosofía, ciencia y moral, quizá sea interesante considerar que en cuestión de compromiso espírita, igualmente hallamos una tríada áurea: estudio, divulgación y unificación. Somos de la opinión de que el compromiso con la doctrina de los Espíritus no nace con el estudio y alcanza su cénit con la divulgación, porque por excelente que nos parezca nuestras actividades particulares (a nivel individual o de centro) siempre nos faltará el complemento imprescindible de la unificación.
Podemos hablar de dos tipos de unificación: la unión a pequeña escala (el grupo espiritista) y la unificación propiamente dicha (a nivel de federación, congresos, reuniones extraordinarias, etc). En cualquier caso, en ambas vertientes queda patente que es expresión enaltecida de la fraternidad en acción, y una cuestión harto considerada tanto por los Instructores espirituales como los benefactores del Espiritismo en cada país.
Para lograr la receptividad y la acción unificadora, dos cosas son imprescindibles:
VOLUNTAD/ ACCIÓN: Romper con la comodidad, estimular la afectividad y la comunicación entre hermanos de ideal.
HUMILDAD Y COOPERACIÓN: Ir más allá de nuestras filias y fobias personalistas (por mucho que sepamos de cuestiones doctrinarias, pobre será el avance si las puertas del corazón permanecen atrincheradas).
Paz, amor y progreso.
Juan Manuel Ruíz González
Centro Espírita José Grosso
(Córdoba)
Centro Espírita José Grosso
(Córdoba)
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