Periódico espírita trimestral editado por el “Centro Espírita Entre el cielo y la tierra” Avda. de Madrid nº 29 Local - San Martín de Valdeiglesias (Madrid) - Blog de Espiritismo
sábado, 29 de agosto de 2009
Biografía de Arthur Conan Doyle
Aprovechando que se ha celebrado recientemente los 150 años del nacimiento de este célebre escritor y que próximamente se va a estrenar una película con el inolvidable personaje Sherlock Holmes como protagonista, hemos decidido dedicarle este espacio para que podamos conocer un poquito mejor una de sus facetas menos populares y a la que dedicó sus últimos años. Su lado espiritual.
Nació el 22 de Mayo de 1859 en Edimburgo, Escocia. Fue el segundo hijo nacido del matrimonio formado por Charles Altamont Doyle, arquitecto y Mary Foley, licenciada en Heráldica. Su relación con ambos era diferente, aunque sentía admiración por su padre no se tenían demasiada simpatía, no siendo así con su madre. Ambos eran muy religiosos, aunque de forma diferente. El padre era más rígido e inflexible en este sentido, al contrario que la madre. En una ocasión Arthur comentaba un consejo dado por su madre, decía “Cuídate. Usa ropa interior de franela, hijo mío, y no creas nunca en la condenación eterna”. Estas cosas, al padre no le gustaban nada.
El apellido Conan lo cogió de su tío abuelo Michael, el cual, ejerció una gran influencia en su formación.
Su educación se desarrolló siempre en ámbitos religiosos, primero en una escuela dirigida por severos jesuitas y, más tarde, en un colegio religioso de Feldkirch, en el Tirol Austríaco, donde perfeccionó su alemán y conoció a un caballero que ejerció una decisiva influencia en su vida: C. Auguste Dupín, conocido por el nombre de Edgar Allan Poe. A pesar de su formación religiosa, con el paso del tiempo abandonó estas creencias haciéndose agnóstico.
Estudió medicina en la Universidad de Edimburgo entre los años 1876 hasta 1881. Arthur decía que eligió estudiar medicina influenciado por su madre, pues no había ninguna carrera que le llamara la atención, y esta en concreto, no le disgustaba. Allí conoció a un profesor, el Dr. Joseph Bell, que le enseñó el arte de observar y deducir y que le sirvió de inspiración para crear a su personaje más conocido, Sherlock Holmes.
A lo largo de toda su carrera universitaria, Arthur dedicaba parte de su tiempo a escribir historias cortas y su primera publicación “El misterio del Valle de Sasassa” fue en el diario Chambers y Luink, antes de que él cumpliera 20 años y por la cual recibió el pago de 3 guineas.
Arthur apenas contaba con muy poco dinero que le enviaba su padre. Debido a esto se puso a trabajar como ayudante de diferentes médicos, aunque no llegaba a cuajar con ninguno, unas veces por su juventud, otras veces porque chocaba con las ideas conservadoras que tenían... Para intentar salir de esta angustiosa situación financiera, aceptó un puesto de cirujano para trabajar en un barco ballenero, aunque para estos momentos, aún no se había licenciado.
Acabó la carrera y en 1882 se trasladó a vivir a Portsmouth, donde instaló un pequeño consultorio, que al principio no le fue muy bien. Por esta época también estuvo un tiempo como jugador profesional de rugby.
Debido al poco trabajo que tenía en la clínica, aprovechaba el tiempo escribiendo relatos cortos, como hizo en su época universitaria. En 1883 recibió una carta del director del Cornhill Magazine, revista de mucho prestigio en aquel momento, donde le comunicaba que había sido aceptada su novela corta "El Relato de Habakur Jephson" y le enviaba un cheque de 25 guineas.
Arthur continuó escribiendo.Su primer trabajo importante fue “Un estudio en Escarlata” donde aparece por primera vez Sherlock Holmes.
Poco tiempo después, decide trasladarse a Londres y abrir allí una consulta de oftalmología, pero no tuvo mucho éxito.
En Julio de 1891 comenzó a publicarse su novela “Un Escándalo en Bohemia” y antes de finalizar el año Sherlock Holmes era el personaje más conocido de toda Inglaterra.
De esta manera Arthur se enriqueció y cerró su consultorio médico, dedicándose únicamente a escribir, que era lo que siempre había querido. Gracias a estos beneficios, pudo comprarse una casa y hacerse cargo de su familia.
En 1885 se casó con Louise Hawkins, conocida con el nombre de “Touie”, con la que tuvo dos hijos, Mary Louise y Alleyne Kingsley. Pero se quedó viudo, pues Louise murió de tuberculosis el 4 de Julio de 1906. Un año después, Arthur contraría matrimonio con Jean Leckie, de la que estaba enamorado desde1897, aunque en ningún momento fue infiel a su mujer. Él escribía “No podemos mandar en nuestros sentimientos, pero sí debemos mandar en nuestra conducta”. Con Jean tuvo tres hijos más, Jean Lena Annette, Denis Percy Stewart y Adrian Malcolm.
No sólo se dedicó a escribir novelas policiacas, también hizo novelas históricas, que eran sus favoritas, novelas cortas, novelas de fantasías científicas, novelas relacionadas con el deporte y algunas autobiográficas, aunque ninguna le dio tanto éxito con el popular detective. Muchas de ellas han sido llevadas al teatro con gran aceptación. Y en los últimos años de su vida, escribió libros espiritualistas.
En 1900 se presentó como candidato para el partido de Unión Liberal, pero a pesar de ser muy respetado, no fue elegido. En este mismo año, durante la guerra, se desató una epidemia de Tifus, donde murieron más de 4000 personas. Arthur se hizo cargo del hospital, haciendo de médico, de enfermero, de administrador, les contaba historias a los enfermos, les escribía sus cartas y les despedía al morir.
Le interesó mucho todo lo relacionado con estudios acerca de la muerte. En su vida tuvo tres etapas, la primera muy religiosa, la segunda racional y agnóstica y la tercera y última mucho más espiritual.
La guerra representó para Arthur una gran crisis sentimental. En ella, hirieron a su hijo y a su hermano. Por esa misma época, pasaba largas temporadas en su casa una amiga de su mujer, llamada Lily Loder-Symonds. Esta mujer era médium de psicografía y hacían reuniones mediúmnicas en la casa. Arthur decía de esas reuniones: “Parecía que alguna fuerza extraña se apoderaba de su brazo y escribía mensajes que se decía que procedían de los muertos", aunque añadía, "Hay que mirar siempre con recelo esto de la escritura automática, porque es muy fácil engañarse a sí mismo. ¿Cómo puede uno saber si la médium está inconscientemente dramatizando trazos de su propia personalidad?”. Hasta que un día recibieron la comunicación del cuñado de Arthur, muerto recientemente en la guerra, hablando de un suceso que sólo ellos dos conocían. A partir de entonces no volvió a dudar.
Fue por 1919, casi con 60 años, que siendo ya muy admirado mundialmente, anunció su conversión al Espiritualismo en la publicación de fenómenos psíquicos, confirmándolo con la aparición de su libro “La nueva Revelación”. En este libro, Conan Doyle cuenta: “Cuando estimé el Espiritualismo como un vulgar engaño de los ignorantes, podía evaluarlo; pero cuando estaba respaldado por Crookes, a quien conocía como un químico distinguido de Inglaterra; por Wallace, quien rivalizaba con Darwin, y por Flammarion, el más conocido astrónomo, no podía rechazarlo".
Conan Doyle continuó leyendo y estudiando todo lo que caía en sus manos acerca de la supervivencia del alma y desde entonces hasta el día de su muerte gastó todas sus fuerzas y energías en la causa del Espiritualismo. Su mujer desarrolló la facultad de la psicografía y en su propia casa recibían las comunicaciones de un espíritu llamado Finias, que les guiaba y ayudaba.
Tanto él como su esposa viajaron mucho, a lo largo de toda Europa, asistiendo a congresos Espiritualistas y Espíritas. En el Congreso de 1925 celebrado en París fue donde conoció a León Denis, del que se hizo íntimo amigo. Doyle se encargó de traducir al inglés la obra de León “Juana de Arco, Médium” con el título de “The Mystery of Joan D'Arc”. Era tanta la admiración que sentía por León Denis, que su hijo Denis se llamó así en honor a León. En este mismo congreso también tuvo la suerte de conocer a Gabriel Delanne y a Jean Meyer.
Dentro de sus obras espiritualistas podemos encontrar “Historia del Espiritualismo” donde relata diferentes hechos y experiencias y donde afirma: "De la fe se ha abusado, hasta convertirse en imposible para muchas mentes alertas, y hay un llamado para pruebas y conocimientos. Esto es lo que el Espiritualismo aporta. Fundamenta nuestras creencias en la vida de ultratumba y la existencia de mundos invisibles, no sobre tradición antigua o vagas intuiciones, sino sobre hechos probados, de manera tal que puede crearse una religión científica, dándole al hombre un paso seguro".
Conan Doyle desencarnó de un paro cardíaco el 7 de Julio de 1930, a la edad de 71 años, en la localidad de Crowborough (Inglaterra), donde vivió la última parte de su vida y allí mismo podemos encontrar una estatua suya erigida en su honor. Fue enterrado en el cementerio de la iglesia de Minstead en New Forest.
Era una persona alegre y extrovertida, respetaba todas las creencias y durante su vida trató siempre de ser un buen ejemplo para todos.
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