Todas las religiones son conscientes del principio espiritual, de la supervivencia del alma después de la muerte del cuerpo físico, al igual que tienen ese rechazo por el aborto sin llegar a profundizar sobre ello. Pues bien, al Espiritismo le ha tocado la labor de levantar ese velo que oculta al mundo de los espíritus y darlo a conocer a la humanidad.
Mi intención en este artículo es hacer llegar al lector esta realidad. Como almas inmortales que somos, tenemos la necesidad de reencarnar en la Tierra para seguir nuestras etapas evolutivas hasta que hayamos progresado lo suficiente para ir a otros mundos más felices. Mientras tanto, cuando una mujer tiene un hijo está ofreciendo a un espíritu la oportunidad de seguir su camino, pues la Tierra es como una escuela para el alma. Además, este espíritu que renace, generalmente está vinculado a los padres por su pasado, ya sea por lazos de amor o de odio, pues ambos unen a las personas.
Este proceso reencarnatorio no se produce al azar sino que hubo una planificación anterior, buscando el mejoramiento espiritual de este alma. Acercándose la época de la concepción ya empieza el espíritu reencarnante a relacionarse con la futura madre, acompañado y orientado por un equipo espiritual superior, el cual ayuda en la progresiva ligación fluidica del espíritu con los fluidos espirituales de la madre. En muchas ocasiones, según el psiquismo de la mujer, empieza a tener el deseo de quedarse embarazada. Esta unión fluídica magnetiza al óvulo aún no fecundado, este según el adelantamiento moral e intelectual del espíritu que va a reencarnar irradiará con una determinada frecuencia, atrayendo como un imán en el momento de la concepción de entre los 200/300 millones de espermatozoides, cada uno con un abanico genético diferente, al que más se acople a las necesidades evolutivas y características del espíritu en vías de encarnación, respaldado siempre por la espiritualidad superior.
Acabamos de narrar como un espíritu a través de sus padres biológicos acaba de imprimir su ser espiritual actual al plano físico. Así, cuando ante un problema determinado alguien se cuestiona si es de origen genético o kármico, la respuesta será ambas, pues están interrelacionados, hay una conexión entre herencia biológica o genética y la espiritual.
Llegados a este punto capital hacemos referencia al análisis que Allan Kardec hace en el libro de los espíritus pregunta 344. P.¿En qué momento se une el alma al cuerpo? R. La unión empieza en la concepción pero no se completa hasta el momento del nacimiento. Al decirnos “empieza” nos quiere decir que ya tiene vida material, que es partícipe del plano físico registrando emociones y sentimientos de sus padres.
En este transcurso de gestación el espíritu del niño tiene una reducción de su periespíritu con el consiguiente olvido de sus vidas pasadas, necesario esto para proseguir su camino terrestre, acompañado de una pérdida de consciencia entrando en una especie de turbación parecida a la de la muerte. Esto puede variar según el nivel evolutivo del espíritu, cuanto más evolucionado más consciente y partícipe es de este proceso.
Según se va desarrollando la gestación el intercambio fluídico entre la madre y el espíritu reencarnante se hace más intenso. En ocasiones puede producir molestias por la diferencia del nivel evolutivo que haya entre ambos. Si analizamos este intercambio psíquico, ya que el cerebro del bebé no está formado todavía para poder registrar pensamientos y emociones, sí lo está la memoria profunda o extracerebral que almacena las emisiones de amor o rechazo que sus padres producen. Está comprobado que personas transportadas mediante regresiones a la edad fetal narran acontecimientos que vivieron los padres y sólo ellos conocían. Es importante que la madre sepa que ya está empezando a educar a su hijo pues su pensamiento y sentimiento de nivel elevado y moral constituyen vibraciones altamente positivas para el bebé.
Ante esta realidad espiritual al tomar la opción de abortar, desde el momento de la concepción hasta el nacimiento, lo que estamos haciendo es terminar con la vida física para el espíritu en vías de reencarnación con su consecuente sufrimiento moral y físico que trataremos más adelante.
La pregunta que lanzo al lector es la siguiente: “Ya que la gran mayoría de la población ve el momento de la muerte como la etapa más crítica de la vida, experimentando muchos miedos, dolor, angustia cuando se aproxima ¿por qué la fase del nacimiento no tendría que considerarse tanto o más que la muerte?¿por qué nos atrevemos siquiera a cuestionar el aborto?¿por qué no vemos que estamos cometiendo un crimen?”
Antes de analizar el aborto provocado aclaremos que el aborto espontáneo es una consecuencia de nuestro pasado y hay que aceptar y enfrentar este tipo de prueba para nuestro crecimiento interior, aprendiendo a valorar la vida y la oportunidad que supone la reencarnación. En muchos casos hará despertar la conciencia.
El aborto provocado es un crimen a los ojos de Dios. Esto quiere decir que estamos quebrantando sus leyes. Tan sólo estaría permitido si corriera verdadero peligro la vida de la madre. En el resto de situaciones, incluso si fuera materialmente imposible criarlo, siempre tenemos la opción de darlo en adopción.
Analizaremos ciertas situaciones realmente controvertidas tales como cuando descubrimos que el bebé viene con alguna enfermedad, síndrome de down, malformaciones, etc. Realmente esto son las consecuencias de sus vidas pasadas en las que violó gravemente las leyes divinas, como por ejemplo el suicidio o cualquier otra acción en la que ocasionó daños terribles que repercutieron en su cuerpo espiritual. André Luiz nos esclarece diciendo que hay encarnaciones que actúan como un filtro o una esponja en las cuales las enfermedades absorben imperfecciones de nuestro espíritu que no pudieron ser solucionadas en el mundo espiritual y necesitan del plano físico para reestablecer la salud del espíritu. En estas situaciones el feto tiene más necesidad de nacer que un espíritu sano.
Cuando nos enfrentamos a un caso de violación nos podemos preguntar ¿Por qué ocurrió esta desgracia? Espiritualmente hablando, cuando cometemos cualquier tipo de acto delictivo sintonizamos con esta energía registrándose en la memoria profunda y esto crea una predisposición a que se repita en la persona que lo ocasionó en otra vida siguiendo la ley de causa – efecto. El bebé estará relacionado en esta trama y es una oportunidad para reestablecer el equilibrio y saldar antiguas deudas. Vuelvo a recordar que sea la situación que sea, antes de abortar e hipotecar su felicidad siempre tendrá la opción de dar en adopción.
El aborto acarrea consecuencias espirituales y físicas muy graves para la madre, padre, espíritu reencarnantes, médicos y todo el que interviene en dicho proceso. Dentro de las consecuencias que produce el aborto provocado para el espíritu en vías de reencarnación, al margen de que cada caso tiene situaciones especiales a tener en cuenta, todos van a tener un sufrimiento físico y moral o psíquico, sentimiento de pérdida de tiempo, graves lesiones periespirituales y trauma mental. Podemos hacer una distinción, por un lado los espíritus más evolucionados sabrán reponerse del duro golpe, serán más tolerantes, suelen ser alguien que iba a ayudar al matrimonio y lamentará profundamente el no poder realizarlo. No ocurre los mismo con los espíritus menos evolucionados, por un lado necesitarán más ayuda espiritual para reponerse y volver a adquirir su forma periespiritual anterior. Normalmente, vinculados a los padres por lazos desarmónicos, se dejarán llevar por el odio y resentimiento, tratando de vengarse desde el plano espiritual de los cónyuges, convirtiéndose en obsesores de estos y empeorando así la situación anterior.
Aunque todos nosotros podamos creer que sea imposible el tener enemigos en el plano espiritual, si observamos y analizamos la historia, vemos que tenemos un pasado turbulento con más de cinco mil años en guerras, seiscientos años de Inquisición, la esclavitud, etc… Todos estos errores sólo se solucionaran con amor. El amor que nace entre padres e hijos es un regalo divino que no tenemos que desaprovechar.
Las consecuencias para la gestante, que se podrán dar en esta vida o en otras, pueden ser las siguientes: Cáncer de útero, hemorragias, procesos depresivos posteriores al aborto, sentimiento de culpa consciente o inconsciente reduciendo la vibración de su psiquismo, el magnetismo mental del espíritu expulsado perjudicando notoriamente a la madre, ocasionará lesiones graves en su periespíritu, el chakra genésico quedará desarmonizado con los consecuentes problemas para futuras maternidades, ya sea en la próxima existencia o en la actual. La Ley de causa y efecto será la que reestablezca el equilibrio, el chakra cardiaco se verá notoriamente perjudicado por el desequilibrio emocional y afectivo quedándose un campo abierto a la obsesión.
Sólo el amor repara y edifica, y con el crecimiento interior se puede llegar a disminuir el karma ocasionado.
Cuando analizamos al padre, muchas veces, es la figura que obligó a su compañera a abortar. En este caso quedará desarmonizado su chakra coronario quedando abierto un canal anímico de acceso a futuras obsesiones, su chakra genésico se verá repercutido con la fragilidad del aparato reproductor, molestias testiculares y disturbios hormonales que pueden tener lugar en la vida actual o en otras reencarnaciones.
Existe responsabilidad profesional e incluso en las personas relacionadas con el suceso. Todo acto tiene consecuencias y estas están en función a la intención ya que no sería lo mismo el médico que simplemente ve en el feto dinero, del otro que piensa que está ayudando a la madre, aunque la ignorancia tampoco exime de culpa. Todos seremos abortistas indirectos desde el momento que criticamos a una madre soltera o cuando somos indiferentes ante este atentado.
No pretendo condenar sino esclarecer sobre el grave error que es terminar con la vida de este ser en formación, que tiene unas consecuencias nefastas, rompiendo un gran trabajo del plano espiritual y ocasionado daños físicos y psíquicos en esta vida y en las siguientes hasta reparar el mal causado. Para todo el que empieza a despertar hacia una comprensión mayor de la existencia del ser, es preciso proteger la vida del feto y de la madre, además evitar todas las consecuencias dolorosas que el aborto desencadena aún estando éste amparado por la legislación vigente. El derecho a la vida tiene que ser más estricto para todos estos seres que todavía no se pueden defender. Tenemos una visión materialista ligada a nuestros sentidos físicos y no nos da derecho a escudarnos en la ignorancia para practicar este tipo de crimen, recuerde que la ignorancia es la madre de todos los males de la humanidad.
Querido lector, analice y reflexione este asunto. El Espiritismo es la voz de los espíritus que vienen a decirnos lo que ocurre desde su plano, el ser humano necesita ser consciente de la vida en gestación. Representa la simiente germinada de una planta que está creciendo con mucho amor, la vida tiene valor cuando se comprende su lado espiritual. Saber vivir bien esta fase en el útero materno tiene la misma relevancia que saber enfrentar con Fe el término del camino.
Javier Gargallo
Centro Espírita “Entre el Cielo y la Tierra”
Centro Espírita “Entre el Cielo y la Tierra”
Para ampliar información:
*”Gestación sublime intercambio” de Ricardo di Bernardi.
*”Mi vida en gestación” de Abel Glaser.
*”O Aborto” conferencia de Nazareno Feitosa