sábado, 5 de julio de 2008

Pases: una invitación al estudio del Espiritismo


A primera vista, los pases pueden parecer un conjunto de movimientos ejecutados por el pasista a un paciente pasivo. Si se basan en esa impresión, los candidatos a la tarea de los pases buscan solamente aprender a realizar tales movimientos – a entrenarse en la técnica. Los pacientes, a su vez, se limitan a sentarse en las sillas de las cámaras de pases del centro espírita y a entregar la solución de sus problemas en las manos de los pasistas.

No obstante, ¿será ello lo que recomienda el Espiritismo?

La literatura espírita, particularmente las obras de Allan Kardec, Emmanuel, André Luiz y Manoel Philomeno de Miranda, ofrece enseñanzas profundas sobre el tema. Evidentemente, no tenemos la pretensión de tratarlas todas, pero señalaremos algunos puntos esenciales.

Los pases no son meras técnicas, sino transfusiones de fuerzas psíquicas. No se requiere de los candidatos a la tarea un entrenamiento técnico, sino la armonía de la mente. Para ello, necesitan elevarse espiritualmente, estudiando constantemente el tema a la luz del Espiritismo y renovando esfuerzos para su progreso moral.

La técnica en los pases puede ayudar en la tarea, pero no es indispensable. Lo fundamental es que los movimientos realizados por el pasista estén dirigidos por su pensamiento y voluntad, apoyados en la oración fervorosa con el firme propósito de auxiliar al paciente.

En realidad, los pases deben obedecer a la fórmula que inspire mayor confianza al pasista y al paciente, según esclarece Emmanuel en la pregunta 99 de El Consolador que prometió Jesús. Sin embargo, ello no debe servir de justificativo para la adopción de prácticas extravagantes en la aplicación de los pases, tales como: toques al paciente, gesticulaciones excesivas, ruidos, respiración jadeante, bostezos, orientaciones mediúmnicas. Para la Doctrina Espírita, la confianza no debe estar relacionada con la fe ciega, que da espacio a la superstición y a las opiniones personales, sino con la fe racional, por la cual se debe buscar someter a la criba de la razón cada práctica a ser adoptada en la aplicación de los pases.
Las obras de André Luiz y de Manoel Philomeno de Miranda, en particular, presentan varios ejemplos prácticos de aplicación de pases, que describen tipos de movimientos, como la imposición de manos, los pases longitudinales y los rotatorios, además de los colectivos. El Magnetismo también propicia una contribución importante al estudio de tales tipos, así como de los pases perpendiculares y transversales.

¿Y los pacientes?

Así como los pasistas, los pacientes son sujetos activos en la aplicación de los pases. Es la mente del paciente que, con el auxilio de las fuerzas psíquicas transmitidas por los pases, actuará para armonizarlo.

Los pases ayudan al paciente a ayudarse a sí mismo. El trabajo del plano espiritual es educativo y no puede sustituir la parte que le corresponde a cada individuo en el proceso evolutivo, como señala André Luiz, en la obra Misioneros de la luz, capítulo 19.

La explicación de la Doctrina Espírita es clara. Los fluidos espirituales semejantes o afines se atraen. Cuanto más elevado moralmente sea el paciente, más depurado será su periespíritu y más facilidad tendrá para atraer y recibir buenos fluidos. Por lo tanto, los pases serán tanto más eficaces cuanto más significativa sea la renovación moral del paciente.

En vista de ello, para que los pacientes puedan asimilar con más eficacia los buenos fluidos, se recomienda que los centros espíritas los encaminen, previo a la aplicación de pases, a una actividad doctrinaria, tales como reuniones de estudio o charlas de contenido evangélico, que les renueve las disposiciones para el progreso moral.

Las enseñanzas del Espiritismo son fundamentales a la adecuada comprensión del tema de los pases. Estudiemos, pues, la Doctrina Espírita, con toda la seriedad que ella merece, y esforcémonos constantemente para vivenciarla para que seamos – en la condición de pasistas o de pacientes – colaboradores cada vez más útiles en el inmenso campo de trabajo del bien.

Simoni Privato Goidanich

No hay comentarios:

Publicar un comentario