La palabra "Espiritismo" fue creada por Allan Kardec a mediados del siglo XIX para denominar la doctrina espiritual que nos brindan los espíritus superiores para nuestro adelantamiento moral, intelectual y espiritual.
En la actualidad la palabra "Espiritismo" está siendo mal empleada, siempre que se la vincula con temas ocultos, esotéricos o paranormales. Siendo la palabra "Espiritismo" formada por "Espíritu" e "-ismo", adquiere una dimensión de movimiento espiritual con una fundamentación que le sirve como base a un conocimiento revelado ("no-oculto", ni esotérico) que descubre una nueva forma de entender la vida y la ciencia. El desconocimiento de unos, y la intención de descrédito de otros, desvirtuaron el término, aprovechando la pérdida de la libertad de expresión que sufrieron nuestros padres y algunos de nosotros. Bajo estas circunstancias, el término “espiritismo”, sin posible defensa alguna, fue utilizado para englobar cualquier práctica, casi todas ligeras y reprobables que tuvieran algo que ver con fenómenos metapsíquicos o al menos lo pareciesen. Puesto que la ignorancia es una de las causas del miedo, que mejor método de descrédito que generar miedo en la manipulada sociedad para desviarla de los nuevos descubrimientos. Hoy en día, muy pocas son las personas que no crean en los espíritus, y pocas son también las personas que no confiesen tenerles miedo. El estudio derriba la ignorancia que causó dicho miedo. El conocimiento nos aporta seguridad y nos abre la puerta de la Fe Razonada para elevar nuestras conciencias por encima de lo material y contemplar la realidad espiritual que a todos nos espera. Todos somos espíritus, no nos olvidemos de ello, y negar el Espiritismo, es negar una parte muy importante de nosotros mismos.
Este nuevo conocimiento espírita, requiere de un prolongado estudio y ánimo de superación. Conceptos nuevos se abren camino en nuestro entendimiento ante la nueva visión espiritual, transformándonos.
El Espiritismo es la respuesta a nuestra sed de conocimientos. El hombre integral debe de tener una base sólida de moralidad y ciencia. No podemos descuidar la ciencia para alienarnos con dogmas que calmen nuestra sed de conocimiento.
El Espiritismo, en su parte científica, nos abre los ojos a la realidad profunda de la materia y el espíritu. La ciencia siempre será una aliada del Espiritismo porque va confirmando punto por punto lo revelado. El hombre integral debe poseer una moral basada en el razonamiento y comprensión de las leyes espirituales. El Evangelio de Jesús, comprendido según la revelación espírita, es bálsamo para nuestros sufrimientos y esperanza de vida eterna.
¡¡La vida espiritual existe!! Son miles las pruebas físicas y materiales. ¿Seremos ciegos a ellas? ¿Acaso no comprendemos lo que significan? Podemos mirar hacia otro lado pero la realidad no cambiará. Los espíritus nos dan mensajes de esperanza y amor. Nos piden que estudiemos el Evangelio de Jesús y que actuemos en consecuencia. Nos dan una nueva filosofía para calmar nuestra sed metafísica, una moral para transformarnos a nosotros mismos, y una ciencia para comprender las grandes leyes que rigen el universo.
Reveladoras son las experiencias que nos narran. ¡¡Ay!! De aquellos materialistas, cuyo egoísmo y orgullo no les deja ver lo realmente importante en la vida, porque están escogiendo el camino largo hacía la evolución.
La Redacción.
1 comentario:
Al ser el Espíritu inmutable, eterno y todoabarcador, sólo a eso puede llamársele real.
¡celebremos!
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