domingo, 30 de marzo de 2008

MI ALMA

Qué alma puedo sentir yo,
un alma perdida que no sabía pedir perdón, ni querer, ni amar,
un alma que al nacer en mi cuerpo entró.
Dios me la ha dado para sentirla en mi propia carne con amor.
A la gente que he hecho daño, pedirles perdón.
Tengo un alma que Dios me dio, que no coge en mi cuerpo, gracias a Dios.
Mi alma se desprende cuando duermo yo,
necesita libertad y estar con otras almas para avanzar más, para enseñar y aprender a respetar.
El alma no duerme y es muy grande. Dios me la dio para que cuide de ella con amor.
Este alma que Dios me dio era un alma perdida y que en mi cuerpo entró para aprender a amar y sentir que es el amor. Ese amor tan grande que Dios me dio.

Angelines (Centro Espírita “Entre el Cielo y la Tierra”)

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