Había una vez un grupo enorme de gallinas. Un día llegó un lobo y se comió a una de las gallinas que estaba sola. El resto salieron corriendo a subirse a una fuente, pero el lobo también llegaba y se comió a varias gallinas más. Así que salieron corriendo y se subieron a los árboles frutales que tanto aprecio tenían los hombres de la granja.
Allí subidas se pusieron a hablar todas las gallinas y decidieron que la gallina Lina, que era la más valiente, bajase del árbol y hablase con el lobo.
Y así lo hizo. El lobo al verla fue a comérsela, pero la gallina le habló. El lobo se detuvo y la gallina le dijo que estaba muy mal matar a otros animales. El lobo estaba arrepentido y le pidió perdón. La gallina Lina lo pensó un rato pero al final le perdonó.
Después las gallinas les dijeron a los granjeros que el lobo era bueno y que le dieran de comer. Al oír esto los granjeros se asustaron y se desmayaron. Al despertarse les hablaron otra vez y dijeron que le darían de comer al lobo y así el lobo se hizo amigo de las gallinas.
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