Amigos lectores, “151 Años de Doctrina Espírita” cumplen este año. Años de amor, luz, paz y comprensión recaen sobre nuestros hombros y nos impulsan a trabajar más y mejor por esta gran enseñanza que los buenos espíritus tuvieron a bien prestar a la humanidad. El 18 de Abril de 1857, Allan Kardec, tuvo el valor y sobre todo la humildad necesaria para presentar al mundo la gran obra del mundo espiritual “El Libro de los Espíritus” que hoy sigue dando consuelo a todos los necesitados, comprensión a los incomprendidos, esperanza a los que se sienten abandonados y que sobre todo nos hace cambiar nuestras vidas hacia un despertar de la conciencia y una reforma interior.
En aquella época el espiritismo se propagó por todos los rincones del planeta, llegando a nuestras manos documentos que afirman haber recibido en congresos mundiales de principios del 1900 a representantes espíritas de China. Hoy que la “Era de la Información” ha llegado a nuestro planeta, que con sólo un click del ratón podemos enviar un mensaje en segundos a la otra punta del mundo, que gracias a listas de correo como la de “La Revista Espírita” podemos comunicarnos casi en tiempo real con amigos y hermanos en creencias, el plano espiritual nos vuelve a dar otra llave para divulgar la Doctrina Espírita.
Muchas veces, hablando entre los propios integrantes de nuestro centro, nos preguntamos… ¿Qué nos da a nosotros el Espiritismo? A lo que todos responden: “Compresión de la vida física y espiritual”, “Consuelo al darnos pruebas suficientes de que la vida continúa y que tras la muerte no está la nada, sino un universo lleno de trabajo y de oportunidades para ser útiles y seguir evolucionando”, “Una visión mucho más racional sobre nuestra existencia” , etc… Pero al hacer esta otra ¿Qué le damos nosotros al Espiritismo? Las respuestas ya no son tan numerosas, hay silencios, caras pensativas… Sabemos positivamente que no nos exige nada, que no nos pide que hagamos lo que no queramos, ahora bien, bajo mi punto de vista, todo aquel que lee, pero que sobre todo comprende lo que quiere decir las enseñanzas de Kardec, no puede quedarse de brazos cruzados esperando sólo recibir. Si la doctrina espírita es tan buena como decimos, si tanto bien hace a todos los que están en ella, si tanto nos quita la sed… ¿no deberíamos compartirla? ¿No deberíamos dar de comer al hambriento y dar de beber al sediento? El propio Jesús ya nos lo decía. Si tanta certeza tenemos de que cambiará el mundo consolando corazones y haciéndonos practicar los principios morales de las enseñanzas de Jesús, no creo que hagamos bien encerrándonos en nuestros centros y casas, estudiando libros sin parar y a la vez sin compartirlos con los que también los necesitan. Amigos, “El Espiritismo es de los Espiritas”, sin nuestra unión, sin nuestro trabajo, sin nuestra dedicación no conseguiremos que la luz brille en los lugares más sombríos. Dejémonos de personalismos, de ser tan egoístas y orgullosos, de hacer críticas hacia personas que lo único que hacen es trabajar por la doctrina y unámonos a las filas de esta gran verdad que llenará nuestros árboles de buenos frutos, nuestros campos de buenas cosechas y sobre todo nuestro corazón de AMOR.
La Redacción.
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