Queridos lectores,
¿Os acordáis de “Caminemos Juntos”? Pues bien, yo sigo mi caminar en esta doctrina filosófica que es el espiritismo.
Cuando fui al centro espírita por primera vez lo hice por curiosidad y como me llegó tanto lo que allí se decía, he seguido yendo cada semana. La tarde de los jueves leemos el evangelio y lo comentamos de tal manera como si lo desmenuzáramos. En esa práctica es donde aprendemos sobre la caridad, la indulgencia, la tolerancia, la humildad, la abnegación y tantas y tantas cosas que nos ayudan muchísimo en nuestra vida diaria. Nos hace comprender mejor a nuestros semejantes. El día a día con los más cercanos es más fácil porque tratas de entenderlos y disculparlos y esa postura te armoniza la existencia mucho, pero que mucho, tan necesaria para enfrentarte a la tarea diaria. No creáis que resulta nada fácil, pero yo creo que al igual que a la tierra cuando cae esa lluvia finísima que parece como que no hiciera nada y con su perseverancia va empapándola para que germine todo lo que se ha sembrado.
Así es amigos míos, muy despacito y poniéndole la mejor voluntad de que disponemos lo conseguiremos.
¿Lo queréis intentar? Os damos la bienvenida.
Paqui.
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